El Real Madrid se concentró ayer viernes en Barcelona y varios futbolistas atendieron a los madridistas presentes en la ciudad condal para hacer las delicias en territorio catalán. Le tocó salir a firmar a Tchouaméni y a Mendy, en ambos casos, y el francés dejaba una de las grandes anécdotas de ese encuentro con madridistas al atender a un pequeño llamado Iker.
Iker le dio un regalo a Tchouaméni, una pulsera especial, y el mediocentro francés le hacía una promesa… a la espera de que Gil Manzano permitiera que se pueda cumplir. El galo, con una gran sonrisa, le decía al niño que llevaría esa pulsera en El Clásico y que se la pondría en Montjuïc.
Hubo cierta bronca, hace días, en el Girona-Almería por algo similar. Ortiz Arias le leyó la matrícula a David López por llevar una pulsera, a su juicio «sentimental» y que llevaba desde «hace años», e hizo cortársela en el propio túnel de vestuarios.
Había miga para saber si Gil Manzano le dejaría llevar la pulsera al madridista y así cumplir el deseo de un fan, muy pequeño, que se la dio previamente. Finalmente, Tchouaméni pudo llevar la pulsera desde el calentamiento y evitó la bronca con el colegiado del partido.