El Real Madrid perdió 1-0 frente al Lille y abrió la caja de los truenos por el juego mostrado en Francia.
El Real Madrid sufrió su primera derrota de la temporada al caer 1-0 frente al Lille en la Champions League, en un partido marcado por la falta de reacción y la escasa creatividad del equipo. El único gol del encuentro llegó tras un penalti cometido por Eduardo Camavinga en el último minuto de la primera mitad, cuando el balón impactó en su brazo extendido dentro del área.
Durante la segunda parte, el equipo blanco intentó revertir la situación, pero se mostró lento, ansioso y falto de ideas. Solo en los últimos diez minutos del encuentro lograron generar peligro, con dos remates de cabeza de Arda Güler y otro de Rüdiger, que el portero del Lille evitó con tres grandes paradas.
Lo que causó indignación entre muchos aficionados del Real Madrid no fue solo la derrota, sino la actitud de los líderes del vestuario tras el encuentro. Ninguno de los jugadores considerados como «pesos pesados», como los capitanes Luka Modric, Dani Carvajal , Lucas Vázquez o Federico Valverde, salió a dar explicaciones. En cambio, fueron Andriy Lunin, Fran García y Endrick quienes se encargaron de hablar con los medios y asumir la responsabilidad de la derrota.
En situaciones como esta, los capitanes tienen un papel fundamental. Se espera que sean ellos quienes den la cara y asuman la responsabilidad, especialmente cuando el equipo enfrenta momentos difíciles. Para muchos seguidores, fue incomprensible que, después de un partido tan decepcionante, los jugadores con mayor influencia en el vestuario no tomaran la palabra. Los capitanes están para representar al equipo y defender a sus compañeros en los momentos buenos y, especialmente, en los malos.
Los aficionados querían escuchar a figuras como Modric, Carvajal, Lucas o Valverde, quienes han sido fundamentales en los éxitos recientes del club. No se puede limitar su presencia ante los medios a las victorias o a los buenos momentos, y luego dejar que otros jugadores, con menos peso en el vestuario, se enfrenten a la presión mediática cuando las cosas no van bien.
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