Según Libertad Digital, Soto Grado era uno de los colegiados que se reunía en un hotel para conversar. Soto Grado ha sido uno de los colegiados que más ha perjudicado al Madrid en los últimos años. Ayer volvió a estar en el foco por su escándalo arbitral que acabó con un gol inválido del Valencia, un penalti que debió repetirse y una expulsión infame.
En la temporada 2021-2022, frente a Osasuna en el Bernabéu, no señaló un claro penalti sobre Vinicius y permitió todo tipo de entradas a los jugadores de Osasuna, y pese a las continuas pérdidas de tiempo, solo añadió 4 minutos.
Los jugadores del Madrid protestaron al finalizar el partido y Soto Grado les contestó con chulería, diciéndoles que habían tenido 90 minutos para marcar un gol y que no se quejaran. La temporada pasada también perjudicó gravemente al Madrid en dos partidos: el primero en el Villamarín frente al Betis, donde anuló un gol a Brahim por fuera de juego posicional de Rodrygo, cuando se demostró que ni mucho menos era fuera de juego, y tampoco señaló un penalti a Rodrygo por zancadilla dentro del área; el partido acabó empate 1-1.
Frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán, anuló dos goles al equipo blanco, uno a Valverde por fuera de juego posicional de Bellingham y otro a Bellingham por una falta previa de Carvajal a un jugador del Sevilla que Soto Grado en principio no había señalado, y tampoco señaló un penalti claro de Jesús Navas a Vinicius por empujón dentro del área.

Pese a todos estos escándalos, Medina Cantalejo le sigue designando partidos para arbitrar al Real Madrid. Ayer perpetró la traca final al intentar atracar al Real Madrid en Mestalla frente al Valencia. Se quedó sin fuelle ya que los de Carletto terminaron remontando el tanto inicial de Hugo Duro que no debió subir al marcador. A posteriori no señaló un penalti sobre Vini, que acabó expulsado, y tampoco mandó a repetir el de Bellingham por invasión en el área y por mala colocación del guardameta.
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