Un Manchester City-Real Madrid siempre es sinónimo de espectáculo. Estén en playoff o estén luchando por jugar una final de Champions. El Clásico de Europa no decepcionó y la primera parte de la batalla tuvo absolutamente de todo. Vaya si pasaron cosas…

Paso de gigante para acceder a la siguiente ronda. El Madrid se vio con un sorprendente 2-1, con doblete de Haaland, y lo remontó marcando por medio de Brahim (86′) y Bellingham (92′). Queda el Bernabéu.
El Manchester City, como era de esperar, salió con sorpresas en su once titular y buscando hacer su particular partido. La faena pasaba por tener el balón y mantener contento a un Josep Guardiola que este curso está viviendo pánico en cada encuentro de Champions League y de la Premier League. Sin embargo, nombre por nombre seguían teniendo veneno y mucho peligro, sea como sea. El Madrid, a lo suyo, sabiendo que había una vuelta en el Santiago Bernabéu, pero ante la oportunidad de hacer algo grande ante uno de los grandes favoritos para ganar la competición.
Los blancos, anaranjados en el Etihad, salieron a esperar su momento y en 15 minutos encontraron tres veces las costuras de los citizens. Una que acabó en penalti sobre Vinicius, anulado por un fuera de juego, otra doble con disparo de Mbappé que tapó Ederson y otra de Mendy, prácticamente sin portero. Ambas se iban al limbo. El conjunto de Ancelotti perdonaba y el City, por el contrario, no fallaba en la primera que tenía y la mandaba para dentro.

Una acción que tuvo mucha polémica. Casi 3′ de suspensión por la decisión final de Clément Turpin, arropado por el VAR, en la que terminaba dando gol de Haaland. El noruego batió a Courtois, combinando con Grealish y Gvardiol, aunque en una posición muy confusa. El semiautomático terminó dándole el tanto y fue lo que valió para adelantar al City e ir al descanso con una mínima ventaja en el marcador. Un gol que, a la postre, se confirmó que era ilegal ya que el nórdico estaba ligeramente adelantado.

El Real Madrid trató de reaccionar y la tuvo con un travesaño de Vinicius Jr., además de generar peligro en cada acercamiento al área, pero también la tuvo el conjunto skyblue con un remate de Akanji que se fue al larguero. Al descanso con el 1-0 y la sensación raruna de que esto no era lo que se estaba viviendo en el césped. El resultado, muy engañoso.
En la segunda mitad, tal y como se reclamaba, el Real Madrid puso una marcha más y las tuvo de todos los colores. Pudo anotar fácilmente dos o tres goles, pero perdonó ante Ederson y lo pagó muy caro. Faltó la suerte que sí que se tuvo en el gol de Mbappé, el del 1-1, rematando con la espinilla un centro medido al interior del área de Ceballos. Los de Carletto tenían la sensación de peligro permanente, al tener el esférico, pero les faltaba rematar ante el arquero. Ahí se salvaron de manera repetida los de Pep Guardiola, agazapados como nunca, ante un Real Madrid que olía la sangre.

Justicia en el Etihad
La olió mal ya que lo que llegó era el 2-1. Si lo de la primera parte era engañoso… lo de la segunda ya era un chiste de mal gusto. Haaland transformó un penalti claro de Ceballos sobre Foden y desató el delirio en el Etihad para dejar una sensación muy agridulce en los madridistas. Aunque en un Manchester City-Real Madrid, ya lo saben, puede pasar cualquier cosa. Y puede caer de cualquier lado. Rondando el final del encuentro llegó lo que ponía un poco más de justicia por lo visto: el gol de Brahim Díaz. Pese a que todavía quedaba lo mejor…
Es la Champions League.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) February 11, 2025
Es el Real Madrid.
Bellingham conquista Manchester en el 92'. #UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/DrhBDLduoa
Ederson lo paró absolutamente todo en 85 minutos y falló en una acción muy clara. Primero rifó un balón, cuando intentaban salir tocando los suyos, y a posteriori dejó muerto otro balón para que lo rematase Brahim, a bocajarro, en el 2-2 con el que parecía que se iba a cerrar la contienda. Todavía quedaba el remate final en Inglaterra. Un contragolpe letal que picó Vinicius de vaselina y que Bellingham remató a portería vacía para dinamitar el encuentro con el 2-3 en el Etihad. Y queda el Bernabéu… ¡This is Real Madrid!