El Real Madrid tiene nuevo elegido para el presente y el futuro. Diego Aguado, uno de los futbolistas con más proyección de La Fábrica, ha sido confirmado como refuerzo del primer equipo para el Mundial de Clubes… y más allá.
El club blanco ha rechazado una oferta contundente del Borussia Dortmund por el joven defensa, convencido de que su sitio está en el equipo de Xabi Alonso.
En Valdebebas ya no hay dudas: Aguado es jugador de primer equipo a todos los efectos. Así se lo ha hecho saber Xabi Alonso, que ha pedido expresamente contar con él como alternativa directa en defensa para la gira por Estados Unidos y el debut ante Al Hilal en Miami. El técnico ve en él una pieza muy valiosa por su polivalencia, capacidad de adaptación táctica y perfil físico.
Xabi apuesta fuerte por Aguado
En las últimas semanas, el Borussia Dortmund presentó una oferta firme por el jugador, valorada en torno a los 6 millones de euros, con la intención de quedárselo en propiedad y ceder al Madrid un 50% de sus derechos en una futura venta. Sin embargo, el club blanco rechazó la propuesta sin dudarlo, convencido de que el canterano puede explotar definitivamente esta temporada bajo la dirección de Xabi.
Diego Aguado es un central con alma de lateral, rápido, inteligente al cruce y con buen pie para iniciar desde atrás. Puede jugar como central derecho, lateral o incluso como medio centro de emergencia. Esa versatilidad, unida a su madurez pese a su juventud, le convierten en una pieza estratégica. Y no es casualidad que Xabi le haya señalado como el sustituto natural de Carreras en este arranque de temporada.
Ahora, a por el Mundial de Clubes
Aguado ya se entrena con el grupo y será uno de los nombres propios en la expedición que viajará en los próximos días a Miami. Allí, en el Mundial de Clubes, tendrá su primera gran oportunidad para tirar la puerta abajo. El contexto es ideal: defensas aún en fase de recuperación, alta exigencia competitiva y un técnico que cree en él.
El mensaje del club es claro: Diego Aguado es el presente. No se vende, no se presta. Se queda. Y ahora le toca demostrar por qué Valdebebas confía en su talento como en pocos otros.
