El Real Madrid de Xabi Alonso afrontaba un nuevo reto en los cuartos de final del Mundial de Clubes, siendo el último equipo en busca de un billete directo a las semifinales. Enfrente, el conjunto blanco, que asomaba por el lado complejo del cuadro, esperaría el Paris Saint-Germain, que esta misma tarde se había impuesto al Bayern de Múnich.
Antes de ello, el Real Madrid tenía ante sí un duelo de altura ante el Borussia Dortmund, en un encuentro que reeditó la final de Champions en la que el conjunto blanco levantó la Champions en Wembley el 1 de julio de 2024, en dos onces con considerables diferencias respecto a los que ambos equipos lucieron en aquella cita.

Seguía sin estar en el once inicial Kylian Mbappé, que hasta la fecha no ha estrenado su condición de titular a las órdenes de Xabi, aquejado aún de aquella gastroenteritis que lo apartó del equipo. Si estaban en el once Vini y Bellingham, dos de los grandes artífices de aquella final. El inglés, sin embargo, no podría disfrutar del anticipado frente a su hermano, Jobe Bellingham, que se perdía la cita por sanción.
Gonzalo y Fran remataron una gran primera parte del Madrid
Todo ello en un encuentro en el que Xabi Alonso salió de inicio con un claro 4-4-2, a diferencia de otras citas, adaptándose a un rival con una presión tan alta como el Dortmund. Y durante los primeros compases de juego, ambos equipos midieron sus fuerzas sin un claro dominador del balón. Sin embargo, a los diez minutos, abrió el partido el de siempre durante esta cita mundialista.
Y es que Gonzalo había hecho méritos suficientes para conservar la titularidad. Y Xabi, que ha llevado la meritocracia por bandera en estos primeros encuentros, volvía a darle otra oportunidad en el once. Una confianza a la que el canterano volvía a responder, después de un centro con música de Arda Güler que encontró al ariete solo al borde del área pequeña, que no titubeó para mandar el balón al fondo de las mallas, marcando su cuarto gol en cinco partidos y poniéndose en cabeza en la lucha por el pichichi.
Un tanto que aturdió al Dortumund, y que brindó al conjunto blanco un dominio total del juego. Un control que se traducía en una posesión cada vez más cercana al área de Kobel. Además, la alta presión del Madrid de Xabi complicaba mucho la salida de balón del conjunto alemán, poniendo en problemas a sus zagueros a la hora de buscar salidas efectivas.

Y en una de esas jugadas corales del conjunto blanco, Gonzalo encontró desmarcado a Alexander-Arnold por el perfil derecho, y al lateral inglés buscó un balón potente que no encontró a nadie en el punto de penalti, pero que sí encontró a un Fran García que encontró como un tren en el área y remató el centro de Trent para poner el segundo en el marcados. De lateral a lateral, el Madrid doblaba su ventaja.
Con dos goles de ventaja, el Madrid parecía desatado, firmando probablemente la mejor media hora del Mundial de Clubes. Y poco después del tanto de Fran, otra gran combinación en la que Vini dejó pasar el balón, Bellingham se planteó el borde del área en una ocasión franca de gol, pero el golpeo del inglés se marchó ligeramente desviado de la portería de Kobel.
Un dominio absoluto con el que el Real Madrid sometió al Dortmund de principio a final de la primera mitad, sin dejar siquiera a los alemanes probar a Courtois. Un total de 48 minutos en los que el Real Madrid demostró que la mano de Xabi empieza a hacer efecto, sacando las mejores virtudes de todos sus futbolistas.
Introducía el Dortmund tres cambios en el descanso con la intención de buscar una reacción sobre el verde. Cambio que hicieron efecto, ya que el Dortmund parecía presionar más arriba la salida del balón del Madrid tras la reanudación. Un incremento en la intensidad que, por momentos, parecía complicar la distribución de balón de los de Xabi.

No obstante, a pesar de que el conjunto blanco había perdido balón respecto a lo visto la primera mitad, la primera clara se la volvía a apuntar el Madrid, tras un contragolpe de Fede Valverde en el que la jugada se enredó después de que el envío a Vini se fuese largo, y, en la segunda jugaba, la pelota terminaba llegando a Tchouaméni, que la estrellaba contra el larguero de la meta de Kobel, aunque la jugada estaba invalidada por fuera de juego.
Hacía cambios también Xabi, dando entrada a Modric, Ceballos y también a un Kylian Mbappé que volvía a recibir la ovación de los aficionados presentes. Unos cambios que surtían efecto desde el primer momento, ya que con el paso de los minutos la presión del Dortmund disminuía y el conjunto blanco volvía a hacerse dueño y señor del partido.
Sin embargo, ya en el descuento del encuentro, el conjunto alemán metería algo de intriga a la recta final del encuentro. Alcanzado ya el 92, una segunda jugada tras un rechace de Rüdiger, dejó el esférico muerto en los pies de Beier, que soltó un derechazo que puso el cuero lejos del alcance de Courtois. Sin embargo, a los alemanes ya no les quedaba tiempo para lograr la gesta.
Menos aún porque, justo en la siguiente jugada, el Real Madrid acabaría con las dudas poco más de un minuto después. Y lo hizo tras una jugada por el perfil derecho, tras la que Güler puso otro caramelo al segundo palo, que ahora remató con una impresionante tijera Mbappé para poner el 3-1 y supuestamente de la tranquilidad en el marcador.

Nada más lejos de la realidad, puesto que, en la siguiente jugada, Guirassy se plantaba solo ante Courtois, y Huijsen lo agarró dentro del área, lo que llevó al colegiado a señalar penalti. Un penalti que anotó el propio delantero, pero la mala noticia no fue únicamente el tres dos, sino que Huijsen vio la roja directa, por lo que se perderá el crucial encuentro de semis.
Una segunda parte en la que el Madrid no arrolló como en la primera, pero tiró de oficio para conservar la ventaja sin pasar apuros para lograr el objetivo, a pesar de lo acontecido en esos últimos minutos de partido: meterse entre los cuatro candidatos a llevarse el primer Mundial de Clubes de la historia. El siguiente paso en la lista. un viejo conocido para el Madrid… y para Mbappé: el Paris Saint-Germain.