“Desde aquí no hemos hecho el homenaje que toca a Luka Modrić. Su último gran servicio fue el pase a Koundé en la final de la Copa del Rey. Desde aquí nuestro reconocimiento”. Estas fueron las palabras del narrador del canal oficial del Barça en el último encuentro del conjunto azulgrana frente al FC Seoul en su pretemporada.
Unas palabras que han corrido como la pólvora por las redes sociales, no solo por la falta de profesionalidad de la persona que las ha emitido, sino por la dimensión de las mismas. Están hablando de Luka Modrić, un profesional intachable que ha dejado casi la misma huella fuera de los terrenos de juego que sobre el verde. Y eso es decir mucho.
Unos valores que brillan por su ausencia y hacen resonar unas viejas palabras en el Bernabéu
Es importante contextualizar lo que representa la figura de Luka Modrić. A nivel deportivo, estamos hablando del primer Balón de Oro en la gloriosa etapa en la que Messi y Cristiano monopolizaban el galardón. El mismo futbolista que llevó en volandas a un país de menos de 4 millones de habitantes a la final de un Mundial. Un país con casi los mismos habitantes que Madrid.
A nivel colectivo, el palmarés de Luka también es intachable. No es por casualidad el jugador más laureado de la historia del Real Madrid, con un total de 28 títulos en su palmarés, siendo uno de los grandes estandartes de la era más gloriosa del Real Madrid. Y es que si nos ponemos a pensar, Modric ha ganado en una década una Champions League más que el Barça en 126 años de historia. Quizá por ahí puedan ir los tiros del porqué de la inquina hacia el croata.
Sin embargo, más allá de lo conseguido en el campo, donde Modrić se ha erigido por méritos propios como uno de los mejores de la historia, su dimensión fuera del mismo ha alcanzado una categoría similar. Y no por casualidad el croata se ha convertido en una de las leyendas más respetadas de la historia del fútbol por casi todas las aficiones, independientemente del escudo que haya llevado en el pecho.
No es casualidad que, en casi todos los campos de España, en los que por lo general el Real Madrid no suele gustar mucho, el croata haya sido ovacionado allá por donde haya pasado. Exceptuando, por supuesto, el estadio del distrito de Les Corts y el que se ubicaba a orillas del río Manzanares, que ahora ha trasladado su odio a las afueras de Madrid.
Y con su marcha del Real Madrid, el Barça tenía la oportunidad perfecta para demostrar esos valors de los que a menudo presume. Y no lo hizo. Algo que el Real Madrid sí hizo con la retirada de Andrés Iniesta, a quien dedicaron un respetuoso y emotivo comunicado. No contentos con ello, ahora el club azulgrana manda a uno de sus voceros a reírse de una leyenda que tiene más Champions que su club.
Porque mientras que el Real Madrid hace gala del señorío que siempre le ha caracterizado, al Barça parecen habérsele olvidado sus valors. Y con el eco de este último episodio, resuenan en los pasillos de Valdebebas las recientes declaraciones de un viejo conocido, José Mourinho, que precisamente conoce a la perfección los entresijos de ambos clubes: “El Barça no tiene un sueño, sino una obsesión. Te enseñan a odiar al Real Madrid. Odian al Madrid más de lo que aman al Barça”.
Y este último episodio ha sido la clara demostración de ello. Habitualmente, justifican su odio con la actitud de ciertas figuras. Precisamente por ello, un gran sector de la afición azulgrana justifica los insultos racistas a Vinícius, del mismo modo que justificaban cuando Cristiano Ronaldo era recibido en el Camp Nou al grito de “Cristiano, muérete” o “ese portugués, que hijo puta es”, porque tanto el brasileño como el portugués supuestamente provocaban.
Ahora, también se burlan de Modrić. Un deportista ejemplar que siempre ha dado la talla tanto dentro como fuera del campo. Un futbolista que jamás ha tenido una mala palabra hacia el Barça a pesar de la rivalidad deportiva, o al que no se puede achacar ni un solo gesto con el que justificar ese odio. Simplemente le odian. ¿Por qué? Por haber hecho historia en el Real Madrid. Pero permitidme deciros algo: ese odio habla mucho más de ellos que del Real Madrid.