El Real Madrid ya está a los pies de Xabi Alonso. Dos partidos en su nueva casa han sido suficientes para que el técnico tolosarra tenga a toda la afición blanca metida en el bolsillo. Algo que ya ocurría cuando el tolosarra salía a Chamartín vestido de corto, pero que se ha reafirmado en esta nueva etapa como entrenador del Real Madrid.
Y es que estos dos primeros encuentros han sido más que suficiente para que el tolosarra haya dejado clara dos de sus principales máximas: intensidad y grandes esfuerzos físicos. Dos aspectos que siempre han sido muy bien recibidos en el Santiago Bernabéu, y parece que Xabi ha echado buena cuenta de ello, pues ha convertido la presión intensa en uno de sus puntos fuertes.
Un aspecto que se ha podido ver durante las dos primeras jornadas ligueras y durante esta primera mitad frente al Mallorca. Y ha sido precisamente esta primera mitad la que ha reflejado la postura del Bernabéu ante el fútbol de su nuevo entrenador. Y ha sido en una jugada en la que el Real Madrid, pocos minutos después de dar la vuelta al marcador en dos minutos, estuvo a punto de hacer el tercero.
Y estuvo a punto de hacerlo tras una gran presión entre Mbappé, Vini y Mastantuono, que estuvieron muy cerca de complicar la salida del balón del conjunto mallorquín. Un esfuerzo que agradeció y reconoció el Santiago Bernabéu, que se lo devolvió con una estruendosa ovación a sus futbolistas, a la que se sumó en la banda el propio Xabi. Un Xabi que sabe muy bien a lo que quiere jugar… y ahora, el Bernabéu también lo sabe.