Vinicius Jr. ha sido uno de los nombres propios del arranque de la competición en La Casa Blanca. Después de una temporada en la que el extremo brasileño no mostró su mejor versión vistiendo la camiseta del Real Madrid, la llegada de Xabi Alonso suponía un reto tanto para Vini como para el propio Xabi: recuperar su mejor versión.

Una versión que no se vio en su totalidad en el Mundial de Clubes. Como es habitual en él, Vini dejó destellos de los que es: uno de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, tras su gol y espectacular asistencia frente el Ssalzburgo, el brasileño tampoco brilló como solía hacerlo al recorrer el perfil izquierdo del campo con el escudo del Real Madrid en el pecho.

La suplencia en Oviedo, el punto de inflexión para Vini

Tampoco el debut en Liga ante el Osasuna fue la mejor carta de presentación para Vini. Un partido en el que tampoco mostró esa versión de futbolista desequilibrante y constante capaz de desarmar cualquier defensa en una simple jugada. Eso llevó a Xabi a tener una decisión complicada que trajo mucha cola: dejar a Vini en el banquillo en el Carlos Tartiere.

Una decisión que sorprendió a muchos y alegró a los pocos madridistas que, inexplicablemente, han perdido la fe en el carioca. Fue Rodrygo quien ocupó su lugar en esa banda izquierda que durante años ha sido propiedad de Vini. Sin embargo, Xabi dio entrada a Vini a falta de media hora para el final, y ahí se terminó el debate.

En poco más de 30 minutos, Vini dio una asistencia a Mbappé y marcó el tercer tanto de la sentencia, recordando a ese futbolista que se convirtió durante muchos años en una de las peores pesadillas de las defensas de la competición española. La suplencia parecía haber herido en el orgullo a un Vini que, ahora sí, estaba decidido a reclamar lo que por derecho le pertenece.

Tras su actuación estelar, lógicamente, volvió al once para el encuentro frente al Mallorca. Un encuentro en el que, una vez más, nos mostró una versión más cercana a la de ese Vini desequilibrante que al de la última temporada. Y el gol que anotó y selló la remontada recordó a ciertos atisbos de aquel Vini: un eslalon desde su campo, un amago en el área y un golpeo con la zurda que puso el cuero lejos del alcance de Leo Román.

Con ello, Vini ha marcado dos goles y repartido una asistencia en 72 minutos, unos números que, ahora sí, parecen acercarse más a la versión de ese futbolista desequilibrante que se coronó como el mejor jugador del mundo en 2024 con el premio The Best. Sin embargo, más allá de los números, las sensaciones ahora poco o nada tienen que ver con las de la pasada campaña.

Ahora Vini es el primero en presionar arriba, en correr hacia atrás y en hacer esfuerzos físicos por sus compañeros. Unos aspectos que, tal y como recalcó desde su llegada al banquillo del conjunto blanco, serían los principales mandamientos de Xabi. Unos mandamientos que ahora Vini parece haber acatado, dejando algo muy claro: Xabi Alonso está en camino de recuperar la mejor versión de Vini. Y eso es una gran noticia para el Real Madrid.

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Periodista deportivo que cubre la actualidad del Real Madrid.

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