Arrancaba el Real Madrid la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions League con un objetivo claro entre ceja y ceja: sumar los tres puntos y colocarse en lo más alto de la tabla junto a PSG, Arsenal e Inter de Milán. Para ello, los de Xabi afrontaban un encuentro en el que recibían en el Santiago Bernabéu a uno de sus más viejos rivales de Europa: la Juventus:
Un encuentro que el conjunto blanco afrontaba en la misma semana de todo un Clásico, y que, sin embargo, no hizo a Xabi dejarse nada para el encuentro liguero: jugaban Mbappé, Vinicius, Güler, Bellingham… y como gran sorpresa de la noche, un Brahim que relegaba al banquillo a Franco Mastantuono.
El Madrid sabe sufrir, dominar, y derrotar a un grande de Europa
El encuentro arrancó con un ambiente a la altura de todo un clásico europeo, con un Bernabéu enfervorecido desde los primeros compases del encuentro. Unos primeros compases en los que ambos conjuntos midieron sus fuerzas con más respeto que verticalidad. Fueron los italianos los primeros en avisar en un contragolpe que cortó Asencio en el último segundo para evitar el tanto.
Pasado el susto, el Madrid trataba de encontrar el pulso al partido, pero no encontraba fisuras en el bloque bajo italiano, mientras que la Juve si conseguía amenazar al contragolpe. Lo intentaba también el conjunto blanco, que tuvo la primera del partido con una carrera de Bellingham, que combinó con Mbappé en la frontal, y del disparo del francés fue rechazado a córner.
Una ocasión que pareció animar al Madrid, pues en la siguiente jugada, Brahim también la tuvo para hacer el primero, obligando a Di Gregorio a mandarla a córner. Pasada la media hora de encuentro, sin embargo, las ocasiones no terminaban de llegar, a pesar de que el Madrid volcaba cada vez más el juego hacia el área italiana.
Con una marcha más y con cada vez más influencia cerca del área juventina, una espectacular acción de Brahim habilitó a Mbappé, que la pegó con la izquierda algo forzado, y se encontró con una nueva gran intervención del meta visitante, que poco a poco se convertía en el gran sostén de la Vecchia Signora.
Poco después, fue el propio Mbappé el que se vistió de mago y firmó una jugada de funambulista dentro del área, volviendo locos a los zagueros visitantes, tras la que habilitó en la frontal del área a un Militao que recibía completamente solo, pero mandó alto su derechazo. Con poco más por delante, el conjunto blanco cerró una primera parte en la que fue de menos a más, y tuvo dos ocasiones claras para adelantarse.
Ya en la segunda mitad, el Real Madrid quiso mantener el ritmo ascendente del tramo final de la primera parte. Sin embargo, fue la Juve la que volvía a intentarlo primero. Fue tras un rebote que dejó una carrera a campo abierto entre Militao y Vlahovic. El serbio aguantó la carrera y el cuerpeo al brasileño, pero se topó con el habitual milagro de Courtois, que impidió que abriera la lata.
Una parada que levantó a un Bernabéu, que reaccionó intentando insuflar aire a los suyos. Y así lo hicieron, el conjunto blanco comenzó a volcarse contra el área de la Juve, metiéndolos poco a poco en su área. Y en el enésimo intento de Vinicius, el brasileño estrello un zurdazo en el poste, que a punto estuvo de adelantar al Madrid. Pero ahí estuvo Bellingham, el más listo de la clase, para aparecer donde más falta hace y empujarla para hacer el primero.
Ahora por delante en el marcador, el Madrid afrontaba un partido en el que la Juve no tenía otro remedio que levantar el bloque bajo. Y el conjunto blanco comenzaba a encontrar cada vez más espacios de la mano de un Bellingham que recordó al de antes de la lesión, y aparecía por todas partes en la zona de tres cuartos. Habilitó una vez más a Mbappé el inglés, pero Kylian volvió a toparse con el meta visitante.
Intentaba e intentaba el conjunto blanco doblar su ventaja, también desde la pizarra. Y es que en un córner, el Madrid buscó la jugada ensayada, con un balón llovido a Fede Valverde, que la reventó desde la frontal, y solo el toque en un zaguero evitó su gol. Ahora, con un Madrid desatado, era Vini quien habilitaba a Mbappé totalmente solo. Una vez más, Di Gregorio se convertía en el gran villano para Mbappé, deteniendo primero su disparo, y después el de Güler a bocajarro.
No acabaría el partido sin sobresaltos para el conjunto blanco, sin embargo. Rozando el tiempo de descuento, la Juve volvió a tener una clarísima al contragolpe por el perfil izquierdo. Una buena combinación dejó nuevamente a Vlahovic solo en el punto de penalti, pero esta vez fue una intervención salvadora de Asencio la que evitó el tanto.
El central, que se rompió justo en esa acción, fue clave para que el conjunto blanco se llevase los tres puntos y se colocase en lo más alto de la clasificación. Tres puntos clave que siguen demostrando la capacidad del Madrid de sufrir en los momentos más complejos. Próxima parada: el Clásico, este mismo domingo, en este mismo estadio.

