Lo que hasta ahora era poco más que un secreto a voces, ha alcanzado el nivel de casi certeza absoluta esta misma semana: Endrick tiene los días contados en el Real Madrid. Al menos de momento. Y era un secreto a voces porque el brasileño ha tenido un papel menor que residual en los primeros meses con Xabi Alonso al mando.
Tal es así que, durante toda la temporada, el brasileño ha disfrutado tan solo de 11 minutos sobre el césped. Y lo cierto es que no existe a día de hoy una percepción que haga pensar que esta situación pueda cambiar pronto. Por ello, y tal y como ya os contamos en Dinastía Blanca, la salida de Endrick en enero es prácticamente segura.
Una cesión que destapa viejos fantasmas en el Real Madrid
Una salida que, eso sí, se dará en forma de cesión sin opción de compra, ya que existen voces autorizadas dentro de La Casa Blanca que aún lo consideran un jugador más que válido de cara al futuro. Y el destino también será un club amigo del Real Madrid, el Olympique de Lyon, en el que se formó un tal Karim Benzema, y donde ya fueron otras promesas de La Fábrica a crecer, como fue el caso de Mariano Díaz.
Sin embargo, el caso de Endrick no solo retrotrae a la memoria del madridismo recuerdos buenos. Es evidente que en el Madrid juegan algunos de los mejores jugadores del mundo y no todos pueden gozar de la cantidad de minutos que les gustaría. Por ello, muchos consideran que la decisión con Endrick es la correcta desde el punto de vista deportivo.
Sin embargo, existen fantasmas en el Real Madrid que invitan a pensar que, tal vez, esto no sea tan buena idea. Especialmente si se diera un hipotético caso de que Endrick y el Real Madrid volvieran a verse las caras como rivales, aun siendo propiedad del conjunto blanco. Y para encontrar a la explicación a estos fantasmas hemos de viajar más de dos décadas atrás y apuntar un nombre concreto: Fernando Morientes.
El Moro fue un delantero que supo hacerse un hueco en el Real Madrid de Los Galácticos, llegando a obtener un rol importante con la camiseta blanca. Sin embargo, la presión y la competencia con nada menos que Ronaldo Nazario llevaron al delantero a contar con un rol residual. Y del mismo modo que ocurre con Endrick, se vio obligado a buscar minutos en otro lugar, en esta ocasión encontrando en el Mónaco su destino ideal.
Lo que pasó aquel abril de 2004 es algo que ya sabe todo el mundo: Morientes marcó en el Santiago Bernabéu en la ida y en el Luis II en la vuelta, y el resultado fue uno extremadamente doloroso, pues el descartado fue el verdugo que asestó un durísimo golpe al Real Madrid de Los Galácticos, dejando claro que, a pesar de lo que muchos podían pensar, el Real Madrid se equivocó con él.

La lección no quedó del todo aprendida, pues 11 años después, la historia volvió a repetirse. Y lo hizo de la mano de un Álvaro Morata que buscó suerte en la Juve ante la dictadura futbolística impuesta por la excelsa BBC. Y en su primer vistiendo la camiseta de la Vecchia Signora, también en unas semifinales de Champions, marcó un doblete en el Bernabéu que dejó al Madrid a las puertas de la final de la máxima competición europea.
Dos fantasmas que ahora, volviendo a avanzar una década en el tiempo, puede volver a revivir viejos recuerdos con Endrick siendo verdugo en el Bernabéu. No será este año, ya que el conjunto francés no disputa competiciones europeas, pero lo que sí está claro es que en el conjunto blanco ya se ha vivido esta historia con los delanteros descartados… y nadie en La Casa Blanca quiere repetirla.

