El Real Madrid debería poner freno a los abusivos socios que revenden sus entradas, de manera ilegal, en el Santiago Bernabéu.

Se ha montado un buen escándalo con las entradas para ver la final de la Champions en el Santiago Bernabéu en las pantallas gigantes.

Las localidades las han comprado socios y simpatizantes del carnet madridista, que las han adquirido por 10/15 euros y muchos las han revendido por 90 o 100 euros, e incluso algunos las han vendido más caras aún.

El Madrid está investigando este feo asunto para poner fin a la reventa. Lo más triste es que quienes las venden son los socios del Real Madrid, a quienes prácticamente les han salido gratis las entradas.

La gravedad del asunto se acrecienta al saber que es un evento, tipo cine, en el que los jugadores no estarán presentes y solo se verá el partido a través de una pantalla. Se mancha la imagen de una de las litúrgicas más bonitas del madridismo en los últimos años.

Es una vergüenza que haya socios que quieran hacer negocio con unas entradas para ver un partido en pantallas gigantes. Esperemos que el club los identifique y les retire el carnet de socios, ya que eso no es ser madridista.