Bellingham firmó el mejor partido individual de la temporada y demostró dar con la «tecla» para ser el del curso pasado.
Minuto 42 de partido en el Real Madrid-Osasuna y resonó aquello de «na nanananana na, ¡Hey Jude!» en el Santiago Bernabéu. Vieja reminiscencia del pasado curso que tantas alegrías le dio al madridismo. Bellingham, por entonces, ya se había confirmado como uno de los mejores jugadores presentes en el verde.
Lejos de la posición alejada del área, la de lateral, prácticamente, y también llegando desde la mediapunta del campo. Bellingham jugó en su posición, corrigió errores, y firmó un auténtico partidazo ante los rojillos. Jude, indetectable por todo momento, se movió en la zona ancha del campo y fue letal.

Corrió el pasillo entero para ser el primero en ver el pase tiralíneas, como un dron teledirigido, que le lanzó Raúl Asencio desde más de 40 metros en vertical. La bajó de cine y finalizó de época con la sublime vaselina para batir a Sergio Herrera. Ante Osasuna firmó uno de sus mejores encuentros en la pasada campaña, también en La Castellana, y ante Osasuna recuperó esa versión que tanto se echaba de menos.
Volverá a Inglaterra para jugar con la Three Lions en el mejor momento de la temporada. Esperando a Thomas Tuchel, uno de los seleccionadores que estaban en su lista de favoritos, y midiéndose a Grecia a domicilio y frente a Irlanda en Wembley por la Nations League con Lee Carsley como interino.
Bellingham está preparado para nuevos retos, de cara a la vuelta a Valdebebas, y parece haber encontrado su sitio.
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