Carlo Ancelotti acabó muy enfadado, y muy caliente, con el arbitraje que sufrió el Real Madrid en Sevilla. Vivió un momento muy tenso con Ricardo De Burgos Bengoetxea, el colegiado del encuentro, por una provocación del mismo trencilla en unas protestas del propio entrenador de Reggiolo.

Sergio Ramos cometía una falta, yendo al límite, sobre Bellingham y desesperaba al míster italiano en la banda. Su enfado le hizo saltar de la zona técnica para buscar explicaciones del árbitro vasco. Bengoetxea se dirigía chillándole al madridista y tocándole, sin necesidad, provocando un enfado mayor.

«¡No me toques!», le repetía el experimentado entrenador italiano. Ese fue uno de los múltiples enfados que vivió en pleno Sevilla-Real Madrid. Luego en zona mixta le preguntaron por ello y el de Italia tiró de veteranía para esquivar una sanción disciplinaria.

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«La ironía es la única manera… Si digo lo que pienso me caen muchos partidos y para evitar suspensiones no digo lo que pienso y utilizo un poco de ironía», explicó en Real Madrid TV tras asegurar en la sala de prensa que estaba «satisfecho» con la labor arbitral y que Bengoetxea había hecho un gran partido acertando en todas las acciones polémicas del partido. Un discurso, lógicamente, sesgado por esa ironía.

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Periodista deportivo con más de 10 años de experiencia en redacción de artículos online. Llevando la dirección de varias páginas. También con experiencia narrando partidos de fútbol en varias emisoras de radio y cubriendo eventos en directo.