Carlo Ancelotti estuvo probando una nueva variante que podría ser clave para el Clásico.
El FC Barcelona dio un vendaval ofensivo frente al Bayern de Múnich y mostró sus mayores virtudes. Con la velocidad de Raphinha y Lamine Yamal, a puro vértigo, los azulgranas se han reconvertido en un equipo que pasa del «Tiki Taka» al toque de corneta para lanzar los contragolpes.
En el Real Madrid se ha estudiado (y mucho) cómo parar ese efecto Flick, muy distinto al juego de Xavi que vapulearon en el pasado, y han encontrado una nueva variante táctica que podría dinamitar ese juego de los culés: pasando a Éder Militao como lateral diestro y sentando a Lucas Vázquez.
Ese papel de Militao, todavía en probatura, desplazaría al centro de la defensa a Aurélien Tchouaméni y pillaría totalmente de improviso a todos.

Militao al carril diestro, para paliar la ausencia de Carvajal, podría entenderse como un aspecto clave en la táctica para frenar a Raphinha – que viene de marcar un hat trick al Bayern – y reforzaría la zona de la defensa central con el mediocentro francés para ganar los duelos por arriba ante el polaco.
Escoltados quedarían en un particular 4-4-2 en el que podría entrar Luka Modric (o Arda Güler) y que encajaría bolillos con Eduardo Camavinga, Fede Valverde y Jude Bellingham para dejar por arriba, en absoluta libertad, a Vinicius y Mbappé. Un aspecto táctico que se ha trabajado y que bien podría servir para dinamitar al Barça al contragolpe este sábado o a balonazos en largo para pillar la espalda de la línea defensiva.
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