No fue un mero amistoso: fue una declaración de intenciones. En 83 minutos cada uno, Kylian Mbappé y Arda Güler ofrecieron pinceladas de lo que puede ser este Real Madrid: verticalidad, pausa y asociacionismo con pegada. El francés respondió con goles y definición clínica; el turco puso la batuta y las ocasiones que no se ven en un simple recuento de minutos. Arda Güler y Mbappé ilusionan al madridismo ante el Tirol; así fue su bestial partido en datos.

Mbappé: eficacia y lectura de juego
Los datos hablan por sí solos: 83 minutos, 69 toques, 2 goles y 1 asistencia, 51/55 pases (93% de acierto) y 4 pases clave. Mbappé combinó control con ataque directo: su mapa de calor muestra un jugador que no se queda en la banda, que cae a recibir y que luego pisa zonas de remate. No necesitó mil regates para marcar diferencias —intentó 3 regates y completó 1—; su influencia fue más vertical y decisiva.
En el tercer gol, su perfil quedó claro: llegada desde segunda línea, sincronía con los movimientos de los compañeros y definición. Fue una actuación de delantero centro moderno, móvil y con timing, más que de extremo clásico, a lo Ronaldo Nazario, como hizo en 2022 cuando volvía loco al madridismo en el Bernabéu en un Real Madrid-PSG ante Courtois.
Mbappé no solo remató con acierto —4 tiros a puerta, 0 fuera, 0 bloqueados— sino que también generó juego: 4 pases clave y una relación constante con los mediocampistas y con las bandas. Precisamente esas conexiones son la señal de que su integración va más allá del gol: participa en la construcción, filtra pases y abre espacios.
Madurez táctica de Arda Güler
Arda fue el contrapunto perfecto: 85 toques, 68/74 pases (92%), 4 pases clave y 2 ocasiones claras creadas. El turco no aparece solo para adornar; aparece para ordenar y generar peligro. Sus centros y sus pases largos (4 centros, 4 pases largos con 2 aciertos) fueron constantes en la zona de tres cuartos, y estuvo cerca de marcar en un par de remates al poste. Más que el gol, brilló la idea: pausa, lectura y llegada desde atrás.
El de Ankara combina pausa con llegada y, sobre todo, con una lectura de tiempo que permite a los atacantes entrar desde atrás. Su asistencia fue la rúbrica de un partido donde más que el gol, brilló la idea de ser ese «playmaker» que pedía Xabi Alonso para compensar que ha perdido a Wirtz.
¿Los nuevos Özil-CR7?
La pareja del momento en el WSG Tirol-Real Madrid ha desatado la ilusión entre los madridistas. Ayer algunos llegaron a comparar su conexión con la que tenían en su día Mesut Özil y Cristiano Ronaldo que dio tantas alegrías al madridismo. Xabi los exprime y ante Osasuna tendrán el primer gran test del curso en casa.