El Real Madrid ha activado la operación más delicada y planificada del nuevo Santiago Bernabéu: la instalación de su nuevo césped premium. La decisión de no anticipar su estreno en la temporada 25/26 se revela ahora como un acierto táctico, pues el club esperó a que pasara el evento de la NFL para acometer el cambio, consciente del riesgo que suponía el fútbol americano sobre el terreno de juego.
El club sabía que, tras el impacto de «deportistas de más de 100 kg» sobre el tapiz, este quedaría en «condiciones muy delicadas», por lo que la operación de reemplazo es ahora una contrarreloj milimétrica.
El nuevo césped, que pondrá fin a los problemas de estabilidad del pasado, se ha cultivado en silencio en una finca especializada de Cáceres (Tapiz Verde) y es la opción más exigente del mercado. Es un RyeBlue Deportivo, una mezcla equilibrada de 50% raygrass y 50% poa pratensis.
Una vez que la NFL entregue el estadio, la retirada total del césped antiguo comenzará el martes. Más de diez camiones y un equipo especializado trabajarán sin descanso, desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, para instalar y nivelar el nuevo terreno de juego. El objetivo es que el jueves esté instalado y en estado óptimo.
Una vez colocado el tapete, la fase crucial será el cosido híbrido de última generación. Este proceso, especialmente complejo por el sistema de bandejas del estadio, inyectará hilo sintético en el césped natural. Las máquinas inyectarán hilo sintético cada dos centímetros y hasta 18 centímetros de profundidad.
Este hilo sintético refuerza el césped natural, ya que «las raíces se anclan en los hilos», logrando un «encaje perfecto». Se trata de un refuerzo del césped natural, y no de uno sintético, buscando mantener la preferencia del jugador.
El Real Madrid exige que el nuevo césped esté al máximo rendimiento para el próximo partido en el Bernabéu, programado para el 7 de diciembre frente al Celta. Los cuatro compromisos consecutivos fuera de casa que disputará el equipo facilitarán el tiempo de asentamiento necesario para que la nueva superficie alcance la estabilidad que sus jugadores merecen.
