De entre todos los nombres que se han convertido en piezas capitales en el conjunto blanco a lo largo de las últimas temporadas, el de Jude Bellingham es uno de los que aparece en lo más alto de la lista. Después de un ascenso meteórico en su primera temporada a las órdenes de Ancelotti, ahora, con solo 22 años, Jude ya es uno de los pilares de este Real Madrid.
Así lo ha demostrado en las hasta ahora dos temporadas que ha defendido el conjunto blanco. En la primera, de hecho, terminó cerrando el podio del Balón de Oro. Sin embargo, eso no parecía suficiente para muchos que, aprovechando la operación que lo alejó de los terrenos de juego, repetían por activa y por pasiva que Bellingham ya no tenía hueco en este Madrid.
Jude vuelve a ser Bellingham y Xabi Alonso
Nada más lejos de la realidad, porque Jude ha vuelto, y lo ha hecho siendo ese futbolista diferencial que enamoró al Bernabéu. Sus problemas en el hombro lastraron su rendimiento la pasada campaña, y ahora, liberado de ese lastre, el inglés ha cerrado las bocas de todos los que dudaban de él. Y lo ha hecho demostrando eu sigue manteniendo una relación muy especial con el gol.
En su titularidad frente a la Juve, marcó. En el Clásico, volvió a marcar. Y esta noche, ante el Valencia, volvió a hacerlo, con un golazo que demostró por qué desde el minuto uno que estuvo disponible se convirtió en uno de los pilares del Real Madrid de Xabi Alonso. Sin embargo, su importancia capital en este esquema va much más allá de su relación con el gol.
El ingles presiona, recupera, crea y reparte juego. Y lo hace en casi todos los sectores del campo. Bellingham ha encontrado su sitio en el esquema de Xabi, y se infiltra en el campo rival convirtiéndose en una presencia indetectable siempre que hace acto de presencia en la zona de tres cuartos de campo, tanto por el perfil izquierdo como en el carril del ’10’. Y su exhibición ante el Valencia fue la enésima demostración de ello.
Un partido que vuelve a dejar en evidencia a los detractores de un Bellingham que, cuando no esta lastrado por las lesiones, demuestra ser un centrocampista con muy pocos rivales en lo relativo al rendimiento. Y el regreso del viejo Jude es, sin lugar a dudas, el mejor fichaje que podía firmar el conjunto blanco.
