Cuando el proyecto de Xabi Alonso comenzó a tomar forma, de la mano de apuestas inesperadas como un Arda Güler que se ha convertido en una pieza insustituible en el esquema del Real Madrid, o un Franco Mastantuono que comenzó a ganar galones y a tratar de hacerse con un hueco en el once blanco, muchos aprovecharon para acordarse de los que no estaban.

Y entre esa lista de jugadores que desaparecieron del mapa durante los primeros meses de Xabi a los mandos del Real Madrid, Jude Bellingham era uno de los que no estaba, pero sí se le esperaba. Sin embargo, fueron muchos los que se atrevieron a aventurar no solo que el Real Madrid jugaba mejor sin Bellingham, sino que llegaron a plantearse si realmente seguía habiendo hueco para Jude en el Madrid.

El viejo Bellingham vuelve a las andadas y pone su nombre en el mapa

Entre tanta palabrería y rumor infundado, llegó El Clásico y Bellingham optó por hablar donde mejor sabe hacerlo: sobre el césped. Sería fácil reducirlo todo a las estadísticas y recordar que, con 1 gol y 1 asistencia, el inglés fue uno de los mejores futbolistas del partido. O recordar que suma ya 4 goles en Clásicos. En dos años y medio. Con 22 años.

Sin embargo, el impacto de Bellingham sobre el verde va mucho más allá de ese mero impacto. Más allá del gol y la asistencia, fue, con 53 intervenciones, el futbolista sobre el verde que más impacto tuvo en el juego. Y la mayoría de esas intervenciones, además, fueron exitosas.

Así lo demostraron los 7 duelos ganados, los 5 disparos, 3 de ellos a puerta o las 5 recuperaciones, entre otras muchas cosas. Acciones que hicieron del partido de Bellingham una auténtica exhibición. Pero más allá de esta exhibición, el encuentro frente al Barça solo demostró una cosa: el viejo Jude está de vuelta.

Hablamos de ese futbolista que, en su primera temporada a las órdenes de Carlo Ancelotti, marcó 23 goles y repartió 13 asistencias. Un papel que muchos creyeron que se trató de un simple espejismo, y llegaron a asegurar que el inglés sería incapaz de volver a repetirlo. Nada más lejos de la realidad, ya que, poco a poco, Bellingham empieza a encontrar su sitio con Xabi.

Y es que una de las grandes virtudes del inglés es su enorme polivalencia. Algo que quedó perfectamente demostrado con lo visto en el Clásico. Bellingham rompió el partido con una magnífica acción con un balón al hueco jugando desde la base, acertando para asistir a Mbappé desde una posición teórica de interior, acompañando a Tchouaméni y Camavinga en la base.

Pocos minutos después, sin embargo volvía a poner al Madrid por delante con una de esas clásicas llegadas desde segunda línea a las que tanto acostumbró durante la temporada 2023/24, y que lo encumbraron en su primera temporada de blanco. Y es que en un fútbol cada vez más táctico y posicional, Bellingham flota entre todas las posiciones haciéndose indetectable para las zagas rivales. Y esa es precisamente una de sus principales virtudes.

Esa inteligencia, combinado con su exuberancia física, lo convierten en una pieza tan extraña como magistral en el fútbol moderno, de la mano de una combinación cuasiperfecta entre las distintas virtudes que dan forma al centrocampista total. Y ahora, alejado ya de los dolores provocados por la lesión de hombro que lastró su rendimiento durante la temporada pasada, Bellingham está listo para traer de vuelta su mejor nivel y, a pesar de lo que muchos pensaban durante los últimos meses, convertirse en una pieza absolutamente imprescindible en el Real Madrid de Xabi.

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Periodista deportivo que cubre la actualidad del Real Madrid.

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