Que Álvaro Carreras fue uno de los fichajes con más incógnitas del verano del Real Madrid debido al elevado precio que el conjunto blanco tuvo que pagar al Benfica, es un hecho. Que tan solo siete partidos después ya nadie se acuerda de esos 50 millones, también es un hecho. Un hecho que el propio Carreras ha ameritado.
No es fruto de la casualidad que el lateral español haya disputado todos los minutos de lo que va de temporada, hasta que ayer tuvo su primer descanso. En su primer mes a las órdenes de Xabi Alonso, Carreras se ha convertido en mucho más que un extraordinario lateral. Hasta el momento, es lo que el canterano del conjunto blanco había demostrado. Sin embargo, ayer, en el Ciutat de Valencia, demostró ser mucho más que eso.
Carreras ya se postula para convertirse en el dueño de la banda para la próxima década
En el encuentro frente al Levante, Carreras se enfrentaba a un reto complicado, desconocido para él hasta la fecha: jugar en la posición de central. Sin embargo, en cuanto el silbato del colegiado sonó, el reto pareció convertirse en el pan de cada día para el central, que desempeñó su labor como central como si llevara una década jugando ahí.
En esa posición, demostró que sus habilidades pueden ir mucho más allá de ocupar la banda izquierda del Bernabéu en toda su amplitud. Y es que desempeñando su labor como central, en la posición propiedad de Huijsen y Militao, Carreras tuvo un extraordinario desempeño sin balón: llevó a cabo un total de 4 despejes, dos intercepciones, y ganó 5 de 7 duelos en el suelo.
Sin embargo, más allá de esto, el ayer central del Real Madrid registró un 91% de pases exitosos, siendo algunos de ellos, como fue el de la jugada en la que dejó a Vinicius solo frente a Ryan, claves. Y si antes del encuentro de ayer ya era el segundo jugador de LaLiga que más pases peligrosos da en campo rival, solo por detrás de Pedri, ayer consolidó su buen toque con balón.
Es por ello que, después del encuentro en el Ciutat de Valencia, muchos dejaron de ver en Carreras un simple lateral. De hecho, a muchos, entre los que me incluyo, su exhibición trajo de vuelta a la memoria la figura de un Sergio Ramos recién llegado al Real Madrid. Con fecha en 2005, el camero fue el dueño y señor del lateral izquierdo del conjunto blanco hasta bien entrado 2011, con José Mourinho a los mandos.
Tras más de seis años consolidándose como uno de los mejores laterales del mundo por su explosividad, físico, buen toque de balón y grandes aptitudes defensivas y ofensivas, el técnico luso decidió apostar por el camero en el centro de la zaga. Y desde aquellos partidos de principios de octubre en los que jugó por primera vez en el centro de la zaga, ya nadie pudo evitar que se convirtiera en uno de los mejores centrales de la historia.
Es mucho decir y es poner el listón muy alto el techo de Sergio Ramos a un futbolista que lleva tan solo siete partidos con el escudo del Real Madrid en el pecho. Sin embargo, por simples aptitudes técnicas, físicas y mentales, es evidente que Álvaro Carreras es uno de esos futbolistas tocados con una varita, capaces de alcanzar todo lo que se propongan.
Y si bien el mítico capitán del Real Madrid tardó seis temporadas en probarse en la demarcación de central, Xabi tan solo ha tardado seis partidos con Carreras. Y los resultados del examen no pueden ser más halagüeños, pues firmó su mejor partido de blanco hasta la fecha. Y parafraseando al gran Antonio Marchado, tus ojos me recuerdan… a los suyos.