Un sector de la afición del Atlético de Madrid fue al derbi madrileño con el propósito de insultar a los jugadores del Real Madrid; Courtois respondió a un gravísimo cántico.
Antes del gol de Militao, algunos de los aficionados más radicales del Atlético de Madrid comenzaron a cantar el lamentable cántico «Courtois, mue***». Este tipo de expresiones, completamente fuera de lugar y sin provocación previa, como quiso insinuar Diego Simeone en la rueda de prensa posterior, ensombrecieron el ambiente del derbi madrileño.
Tras el gol de Militao que adelantaba al Real Madrid en el marcador, se desataron los incidentes que avergonzaron al fútbol español. Los aficionados radicales del Atlético comenzaron a lanzar mecheros y botellas, además de una bolsa de excrementos hacia la portería defendida por Courtois, lo que llevó al colegiado, Busquets Ferrer, a detener el partido durante 20 minutos para intentar calmar la situación.
El árbitro dejó claro que si los lanzamientos continuaban tras la reanudación, suspendería el partido definitivamente. Afortunadamente, los ánimos se calmaron y el encuentro pudo finalizar, pero los incidentes dieron lugar a titulares como «Vergüenza mundial en el Derbi madrileño» en medios de todo el mundo.
Lo más controvertido ocurrió después del partido, cuando los jugadores del Atlético y Simeone se dirigieron al Fondo Norte, donde estaban los aficionados que lanzaron los objetos, y los saludaron y aplaudieron. Este gesto ha sido difícil de entender, ya que parecía que estaban premiando a los violentos y no reconociendo al resto de los aficionados rojiblancos que sí tuvieron un comportamiento ejemplar.
Además, en rueda de prensa, Simeone intentó culpar a Courtois de los incidentes, insinuando que el guardameta belga había provocado a los aficionados. Sin embargo, nada justifica la actitud de estos radicales, y se espera que el Comité de Antiviolencia tome medidas ejemplares, incluyendo la prohibición de entrada a cualquier recinto deportivo para los responsables.
En pleno siglo XXI, no debería ser posible que estos actos ocurran en un estadio de fútbol. Los verdaderos aficionados al fútbol sintieron vergüenza por lo sucedido en el Cívitas Metropolitano, y es imprescindible que se reflexione para evitar que algo así vuelva a pasar.
Estos incidentes no solo dañan la imagen del fútbol español, sino también la del país, y deberían servir como una llamada a la acción para garantizar un ambiente deportivo seguro y respetuoso en el futuro.