El Real Madrid vuelve a alejarse del liderato tras el 2-1 del Athletic Club en San Mamés; Mbappé falló un penalti clave.
El Real Madrid hizo lo más difícil, al empatar el partido, pero vio como un minuto después anotaba Guruzeta y condenaba a los blancos a otra noche de penurias. Mbappé volvió a las andadas en otro partido muy gris a nivel individual.
Un partidazo como una catedral. Así lo titulábamos en Dinastía Blanca, en los prolegómenos, y es justo lo que ocurrió. Los dos equipos se presentaban en un buen momento al verde de San Mamés. Sendas victorias (los leones ante el Rayo por 1-2 y los merengue 2-0 al Getafe). La probatura era de las importantes en Bilbao y más tras el traspié en Anfield Road.
El Real Madrid salió con un once marcado por la presencia de cinco futbolistas de pasado en La Fábrica (Lucas Vázquez, Asencio, Fran García, Fede Valverde y Rodrygo Goes) mientras que Ancelotti optaba por la meritocracia dejando a Ceballos de inicio y revolucionaba su alineación sacando a Tchouaméni desde el comienzo al volver de su lesión. Era la principal y única novedad en el campo.
Por otra parte, el Athletic Club apostaba por Aguirrezabala en portería, línea defensiva formada por Gorosabel, Vivian, Yeray y Adama, escoltados por Jauregizar y Prados, mientras que Sancet jugaba de enganche, Berenguer por un costado, Williams Jr. por el otro e Iñaki en punta. El partido era para gozarlo.
Y en la primera mitad no decepcionó. Ritmo alto, pocas interrupciones y cada balón una posterior batalla. El Athletic salió envalentonado y tuvo la primera gran ocasión de la primera mitad. Un centro de Nico Williams que tapaba Courtois en el 4′ y un par de acercamientos en el que Asencio se graduó en La Catedral.
En el 13′ se vivió la mayor jugada polémica del encuentro. Rodrygo Goes fue zancadillado por Gorosabel dentro del área y, previamente, Mbappé fue agarrado de la camiseta en un claro penalti que ni se revisó. El primero sí que se revisó en el VAR y Sánchez Martínez, viendo cuarenta repeticiones, decidió no señalar nada y anular el gol de Mbappé posterior a toda la acción de la posible pena máxima.

Tras el penalti al limbo, el Athletic volvió a acercarse con un mano a mano de Berenguer que se fue muy desviado y Ancelotti empezaba a mirar el banquillo, consciente de que al equipo le faltaba «punch» y mandaba a calentar a Brahim Díaz. El 0-0 fue el resultado que imperó en el tiempo de descanso.
En el regreso de los vestuarios llegó el 1-0 obra de Berenguer. Un centro esquinado de Iñaki Williams tocaba lo justo en Sancet y tras el despeje muerto de Courtois era el 7 quién la embocaba a portería y marcaba el primero. Ancelotti sacaba a Brahim al campo y dejaba fuera a Ceballos para buscar la remontada. Y el guion fue idéntico al partido en Anfield Road contra el Liverpool.
Mbappé, de nuevo, protagonista total. El francés fallaba desde los once metros un penalti catedralicio de Aguirrezabala sobre Rüdiger. El francés cogía galones para tirar desde los once metros, dejándose de obras «altruistas», y lo fallaba ante la gran intervención del portero vasco para enmendar su error. Un penalti que abrió la veda de las hostilidades ya que estalló en la recta final con golpes por todos los lados.
El penalti de Mbappé vino sucedido al tanto de Bellingham. Jude, como en antaño, se erigía de «9» para empujar a portería un rechace tras disparo de Mbappé que salvó Julen. Un minuto después marcó el Athletic por medio de Guruzeta para volver a situar a los leones por delante en el marcador (2-1).
Carletto buscó empatar a la desesperada sacando a Arda Güler y Endrick para buscar arreglar el entuerto. Ni por esas. Otra noche de pena máxima… Y vuelven a alejarse del liderato tras el traspié fatal en Bilbao.