Lo que debía ser una fiesta para ver in situ a los nuevos se empañó y se tiñó de complejo de inferioridad. Los nuevos fichajes botaron al ver a la grada entonar el famoso «Madridista el que no bote es…».
El Estadio Cívitas Metropolitano se vistió de gala para la presentación de sus nuevos fichajes, un evento que atrajo a casi 30.000 aficionados, según fuentes del Atlético de Madrid. Lo que debía ser una fiesta para los seguidores colchoneros, con la oportunidad de ver en acción a sus nuevos jugadores como Gallagher, Julián Álvarez o Sørloth, entre otros, se convirtió en una escena lamentable que reflejó un profundo complejo de inferioridad.
Eterno complejo
En lugar de centrarse en celebrar la llegada de sus refuerzos y mirar hacia el futuro, la grada rojiblanca decidió entonar su ya conocido cántico «Madridista el que no bote es…», un gesto que los nuevos jugadores no dudaron en seguir, botando junto a los aficionados.
Lo que podría haber sido un día de orgullo y celebración para el Atlético, se vio empañado por esta manifestación que subraya una vez más el eterno complejo de inferioridad frente a su rival histórico, el Real Madrid.
La escena, que ya ha comenzado a circular por las redes sociales, pone en evidencia la incapacidad de algunos sectores del Atlético de Madrid de desprenderse de la sombra que proyecta el club blanco, incluso en un evento que debería haber sido exclusivamente sobre su propio equipo. Eternos segundones…