Arda Güler ha caído de pie en el Bernabéu. Apenas suma 93 minutos con la camiseta del Real Madrid y ya ha marcado un gol.
Debutó contra la Arandina en Aranda de Duero en Copa del Rey, siendo titular y quedándose hasta el minuto 59. A partir de ahí disputó solo pudo jugar 8 minutos en las semifinales de la Supercopa y 26′ distribuidos en cuatro partidos de Liga.
Ayer tuvo una oportunidad residual, con 3-0 en el marcador, saliendo en el tiempo de descuento y dejando su sello. La calidad se le cae de las botas. El futbolista nacido en Ankara regateó a Guaita, tras un control magistral, y lo celebró de manera pasional. Con un claro gesto, el de la Mano de Fátima o Hamsa.

Cerrando los ojos, con la mano en el corazón, y con otro señalando el cielo. Un claro indicativo contra el mal de ojo y la envidia, y que sirve, a su vez, para atraer buena suerte y prosperidad de cara al futuro.
Es lo que necesita el otomano. Arda Güler lo celebró como un canto al optimismo. El vestuario está con él y sabe que es un jugador especial. Un jugador de talento innato, único, que hace cosas de otra órbita en Valdebebas y por el que las lesiones, en su inicio, le han perseguido y no le han dejado mostrar su mejor versión.
En los despachos del Bernabéu cierran filas con Arda. Rechazan lo que cantan algunos medios asegurando que se irá cedido. No quieren saber nada, al igual que tampoco quisieron saber cuando llegó el de Turquía. Arda Güler siempre vino para estar en el primer equipo. Ni cedido, ni de Erasmus. Es el futuro del Real Madrid.
Ancelotti, que considera dar un mayor rol para el futbolista, ya se encargó de dejar evidente el plan de futuro de los blancos. «Obviamente, él tendrá futuro aquí, no hay ninguna duda y ninguno de nosotros piensa que Arda no tiene futuro. Arda tiene futuro en el Real Madrid porque es un gran talento», confesó. Cierran filas con el nuevo crack que está en ciernes en la capital española.