El vestuario del Real Madrid, desde su casa por hacer las cosas mal este curso en Europa, vivió con intensidad el Inter-Barça. Sabían de la importancia que tenía evitar un triplete del conjunto azulgrana y se agarran al clavo ardiendo de la Liga que definirá cuál de los dos equipos ha realizado una temporada más brillante.
Para el Barça no es lo mismo una temporada con la Copa del Rey que sumarle Liga o Champions. En la Orejona ya no podrán ni ir a la finalísima, pese a que todos les veían como superfavoritos… Y ahora en el campeonato nacional doméstico todo puede pasar. Han pasado de tener la posibilidad de coronarse e incluso recibir el pasillo del eterno rival a tener la opción de que les tiemblen las piernas en lo que falta de temporada.

Valdebebas no olvida
«Grazie Inter», se podía leer en alguna pancarta instalada por aficionados en la salida de los jugadores del Real Madrid en Valdebebas. Se huele la sangre, de cara al domingo, y nadie olvida todo el ruido mediático desatado por la final de Copa del Rey.
El Barça se hizo con el título copero en La Cartuja y algunos futbolistas hablaban de «nueva era», una vez más, provocando a los propios jugadores del Real Madrid. Como ya pasó en anteriores ocasiones como cuando ganaron la Supercopa en Arabia y al año siguiente cayeron goleados con sendas goleadas del Real Madrid (0-4 en el Camp Nou en Copa o 4-1 en Arabia).

Ayer en zona mixta, Iñigo Martínez empezó a calentar el Clásico dando al Barça por campeón de Liga y asegurando que el título no se les va a escapar. «La Liga es nuestra y el Clásico será nuestro. No hay ninguna duda.», llegó a comentar.
La realidad dicta que si al peor Real Madrid de la última década le da por ganar este domingo en Montjuïc habrá mucha Liga. Se quedarían a un solo punto con la esperanza de ganar a Mallorca, Sevilla y Real Sociedad, mientras esperarían un tropiezo culé en el Espanyol-Barça, Barça-Villarreal o Athletic-Barça del sprint final por el título liguero.