MADRID – Tras superar una grave lesión de rodilla que lo mantuvo alejado durante más de un año, David Alaba ha vuelto a la acción de forma poco impactante.
En los 600 minutos repartidos en 14 partidos, el defensor no ha logrado disputar un encuentro completo, evidenciando debilidades que complican su futuro en el club.

Una decisión enmarcada en la renovación interna
Con contrato vigente hasta 2026, la directiva del Real Madrid no contempla extender su estancia más allá de esa fecha. La situación de Alaba se ve influenciada por la irrupción de jóvenes talentos como Raúl Asencio y el creciente interés en el prometedor central Dean Huijsen, cuyo traspaso se estima en unos 50 millones de euros.
Además, la próxima recuperación de Éder Militão refuerza la competencia en la zaga. Al igual que el potencial ascenso de Joan Martínez o Diego Aguado que aprietan desde La Fábrica para buscar su lugar en el once titular.

El caso de Alaba se enmarca en un contexto más amplio, compartiendo similitudes con el de Antonio Rüdiger, otro defensor mayor de 30 años con contrato hasta 2026.
A diferencia de Alaba, Rüdiger ha demostrado ser decisivo en momentos clave, consolidándose con actuaciones importantes en la Champions League. Si bien es poco probable que el club se desprenda de Rüdiger este verano, la tendencia apunta a una apuesta por la juventud y la renovación.

El adiós se vislumbra para la próxima temporada
Aunque no se descarta que Alaba continúe jugando durante la temporada actual, todo indica que, a falta de una mejora significativa en su rendimiento, el Real Madrid optará por no renovar su contrato. La directiva, en línea con la estrategia de renovación de la plantilla, parece haber decidido que la próxima campaña podría marcar el fin de la etapa del austríaco con la camiseta blanca.