Los partidos del Real Madrid este curso son una auténtica montaña rusa. Hoy no había opción al fallo. Perder puntos ante el Celta suponía entregar la Liga al Barça y poder dar la oportunidad a los de Hansi Flick de entonar el alirón, precisamente, en la próxima jornada en el Clásico. El Bernabéu sabía que era momento para estar con los suyos y pasó del éxtasis (del 3-0) al sufrimiento extremo (3-2) y a la agonía.
El Real Madrid regresó al Santiago Bernabéu, tras la dolorosa final de Copa del Rey ante el Barça, con el objetivo de sacar los tres puntos y seguir peleando el título de Liga hasta el último segundo. Ancelotti hizo ese alegato, además de apostar por Arda Güler, Ceballos y pasar al particular 4-4-2 que tanto se reclamaba desde sectores del madridismo. La obligación era absoluta ya que un pinchazo – en forma de empate o derrota – lo dejaba todo visto para sentencia y había posibilidad de alirón del FC Barcelona incluso ganando el Clásico de la semana que viene.
La reacción del Santiago Bernabéu estuvo alejada de todo el foco mediático. Sin críticas, sin pitidos, y unidos en el objetivo de sacar los tres puntos para vivir en la Liga. Facturas, a final de temporada, dirían los entendidos. Hasta el final y que la matemática diga lo contrario, la afición se mantiene unida a los suyos en el objetivo de ser campeón y sumar un triplete de títulos (Supercopa de Europa e Intercontinental ya conseguidos).
El partido arrancó, tras el sentido homenaje al Papa Francisco por su fallecimiento, y las hostilidades empezaron en ambas direcciones. Por parte del Real Madrid fue Arda Güler quién la tuvo con un remate de tijera, mientras que el Celta gozó de dos grandes testarazos de Marcos Alonso y uno de ellos lo tuvo que palmear Thibaut Courtois para hacer su particular milagro. Los de Ancelotti replicaron con otro acercamiento (minuto 7) en un centro de Lucas a Vinicius que estuvo cerca de sorprender a Guaita.
Al son de Vini y Arda
En el terreno de juego, al ir pasando los minutos, empezaban a aparecer dos jugadores, haciéndose gigantes por momentos ante la defensa viguesa, y eran Vini Jr. y Arda Güler. Ambos, haciendo el intento de estar desatados, eran por los que rodaba todo el juego de los de Carlo Ancelotti. En el 33′ se les empezó a desatar la tormenta de los dos protagonistas, unido a Mbappé y Courtois, y el Real Madrid implantó su ley para llegar con opciones al Clásico.

Harika gol de Güler
El primero fue de Arda Güler. El genio turco que tanto desea el madridismo frotó la lámpara y firmó su «trucazo». «¿Cómo se dice golazo en turco?», le preguntaban en sus primeras apariciones en zona mixta. «Harika Gol», decía el de Ankara. Pues fue lo que firmó un harikazo para batir a Guaita, besarse y señalarse el escudo del Real Madrid, y reivindicarse ante los ojos del madridismo. El golpeo fue precioso, dándole rosquita al esférico, y sorprendió al guardameta celtiña. Al igual que también le sorprendió el de Mbappé, el 2-0, que también llegó antes de ir al descanso.

Doblete de Mbappé
El golazo de Arda Güler abrió el cielo para que cayeran relámpagos sobre la meta viguesa y Mbappé se unió al festín. Mucho crédito a la soberbia parada que sacó Courtois y propició un contragolpe liderado por Bellingham y que el delantero de Bondy culminó ajusticiando al Celta. Solo hubo sonrisas durante los primeros 45 minutos de fútbol en La Castellana. Había muchos motivos para tirar de ellas.
Al volver de vestuarios siguió el «show Güler» y ofreció una asistencia, a vista de pájaro fácil, pero a vista de campo de extrema dificultad, para que Mbappé embolsase su doblete en el Bernabéu y poner el 3-0 ante Guaita a las primeras de cambio. Acto seguido, Jude Bellingham tuvo el 4-0 con un eslalon perfecto que decidió finalizar él mismo. Al igual que la tuvo el propio Arda, pero se topó con Guaita sacándole una manopla espectacular.

El Celta recorta distancias y mete miedo
El Real Madrid perdonó el 4-0 y lo que llegó en el minuto 68 fue el 3-1, obra de Javi Rodríguez, tras un mal despeje defensivo del que nada pudo hacer Courtois. Ancelotti sacó a Jacobo Ramón, previamente, y tampoco pudo evitar esa acción. A posteriori, homenaje para dos leyendas del calibre de Modric y de Iago Aspas. Al de Moaña le aplaudieron desde algún sector del Bernabéu, mientras que el de Zadar merece el reconocimiento eterno. Y el gallego la lió.
A falta de 15 minutos para el final se complicó la historia con un pase filtrado de Iago. El gallego filtró una asistencia prodigiosa y fue Williot Swedberg quién incendiaba, de nuevo, un encuentro que parecía visto para sentencia con el 3-0. Se pasó al 3-2 y al sufrimiento del madridismo. Más si cabe viendo que el Celta tuvo el 3-3 en una parada in extremis de Courtois que sembró el pánico en el Bernabéu.
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— LALIGA (@LaLiga) May 4, 2025
El madridismo, a su vez, ya venía caliente con decisiones arbitrales anteriores, pero también pagaba esa desconexión futbolística con Gil Manzano. El colegiado perdonó la roja a Yoel y permitió una mano de Marcos Alonso dentro del área. A su vez también era protagonista en la acción del 3-1, dándole al Celta un córner que no era y que tocó en última instancia en su delantero.
La agonía se alargó hasta el 95 – con los 5 minutos de descuento que hubo – y Mbappé tuvo la sentencia en un mano a mano que se fue alto de la meta de Vicente Guaita. El Celta lo intentó hasta el último suspiro, pero el conjunto de Carlo Ancelotti salió vivo. Y se agarra a un clavo ardiendo. La próxima semana va a marcar el desenlace de la Liga.