La temporada pasada del Real Madrid fue una de esas en las que todo lo que podía salir mal, salió mal. El conjunto blanco arrancaba la temporada con las expectativas por las nubes, después de confirmar el deseado fichaje de Kylian Mbappé, y de imponerse hace poco menos de 365 días por 2-0 a la Atalanta en una final de la Supercopa de Europa que hacía al madridismo frotarse las manos.
Nada más lejos de la realidad, y si bien el conjunto blanco vivió algunos momentos puntuales que demuestran siempre la grandeza del Real Madrid, la campaña no cumplió las expectativas generadas. Un hecho que provocó que afición y prensa apuntasen con ojo crítico a varias figuras, desde el banquillo hasta el campo.
Tchouaméni, el renacer del ave fénix
Y lo cierto es que dentro de todas las figuras que fueron señaladas, Aurelien Tchouaméni fue uno de los que más críticas recibió. Es importante recalcar que, por motivos circunstanciales, la temporada fue mucho más complicada de lo debido para el francés: las lesiones de Militao y Alaba lo obligaron a jugar de central durante gran parte de la temporada, una demarcación en la que el mismo había recalcado que no sentía cómodo, y así se demostraba en el campo.
La realidad es que durante la primera mitad de la temporada, Tchoauméni no rindió al nivel esperado como central. Un bajo rendimiento que, sumado a los 80 millones de euros que pagó por él el Real Madrid en 2022, terminaron por convertirlo en el centro de todas las miradas de la afición blanca. Una fijación que llegó a su punto álgido el 16 de enero, cuando recibió una sonora pitada en el Santiago Bernabéu.
Un hecho que, sin embargo, no termina de ser del todo sorprendente, pues hablamos de un estadio que ha pitado a figuras del calibre de Zinedine Zidane o Cristiano Ronaldo. Al final, Aurelien era solo un número más en la lista. Y a raíz de esa pitada, solo hay dos salidas: o el futbolista se hunde, y se retroalimenta de las críticas. Aurelien optó por la segunda, y, desde ese momento, se convirtió en uno de los muros de carga del conjunto blanco.
El cambio fue radical, y el francés, independientemente de la posición en la que jugase, pasó a ser uno de los grandes soportes de Ancelotti, evitando en más de una ocasión que el conjunto blanco se desmoronase. Algo que no fue suficiente para que el conjunto blanco no naufragase la pasada campaña, pero Tchouaméni terminó como una de las pocas buenas noticias del curso: se había crecido ante las críticas, tal y como lo hacen los mejores.
Una pieza totalmente insustituible para Xabi
Meses después, Xabi Alonso aterrizó en el banquillo blanco, y dejó claro lo que para muchos era ya una evidencia: Tchouaméni es una de las piedras angulares del Real Madrid. Y lo es especialmente en el sistema del técnico tolosarra, con un esquema que varía en función de la fase ofensiva o defensiva en la que se encuentra el equipo. Y precisamente en este cambio de fases, la versatilidad de Tchouaméni lo convierte en una pieza indispensable.
Es cierto que aún hay muchas dudas en torno al esquema y el estilo de juego que demostrará Xabi a los mandos del Real Madrid. Sin embargo, entre tantas dudas, también existe alguna que otra certeza. Y dentro de estas certezas, una de las más obvias es que Tchouaméni tendrá un papel clave. Un jugador que ha demostrado una implicación y una profesionalidad fuera de serie, que se comunica con el cuerpo técnico, entrena como el que más, y trata de ser mejor futbolista cada día. Y lo que cada claro con todo ello, es que el Real Madrid tiene centrocampista para una década.