Cada día que pasa salen más escándalos arbitrales. Ahora el protagonista es el jefe del VAR, Clos Gómez, que controlaba a los árbitros de la VOR en una sala anexa fuera del CTA. Allí escuchaba las conversaciones de los árbitros con los jugadores y controlaba todas las imágenes.
Esto hace que los árbitros estén cohesionados por su jefe y el presidente del CTA. Esta práctica es totalmente ilegal, ya que condiciona las decisiones de los colegiados y adultera claramente la competición. Clos Gómez ya aseguró que de ser cierto acabaría «en la cárcel».
Esta sala anexa se puso en marcha en la temporada 2021-2022. De hecho, el juez Aguirre ya imputó a varios árbitros por cohecho y por haber aumentado exponencialmente su patrimonio. Los colegiados en cuestión son Jaime Latre, Alejandro Hernández Hernández, Sánchez Martínez y Clos Gómez.
El propio Clos Gómez es el que daba las órdenes desde esa zona anexa a los colegiados sobre las imágenes que tenían que revisar, tal y como confirman desde Libertad Digital. Cada día que pasa, este asunto huele peor. Por el bien del fútbol español, tiene que haber una limpieza a fondo en el Comité de Árbitros. No puede haber tanto desprestigio. Esta Liga ya no se la cree nadie.