El arresto del árbitro de la Euroliga, Uros Nikolic, por posesión de 250.000 euros en efectivo en su apartamento ha escalado de ser un escándalo financiero a una grave operación policial internacional. Según el medio serbio Blic, la detención de Nikolic está directamente vinculada a una investigación por sospechas de conexión con un grupo de crimen organizado.

La Euroliga ha emitido un comunicado dejando clara su postura: «Tras los hechos, la máxima competición continental ha emitido un comunicado oficial en el que anuncia la suspensión del árbitro hasta que se resuelva el caso», apuntaron.

​Conexión con presuntos crímenes graves

​El caso es mucho más grave de lo que parecía inicialmente. La policía serbia detuvo a un total de diez personas, con cargos que incluyen un presunto asesinato e interrupción del orden público. Nikolic, que pertenece a este grupo de sospechosos, tiene previsto comparecer ante la Fiscalía de Delincuencia Organizada de la República de Serbia este mismo jueves.

​La figura de un árbitro de la máxima competición europea de baloncesto implicado en crímenes de esta magnitud ya es una noticia devastadora para la integridad del deporte.

​El detalle del llavero del Barça agrava la polémica

​Mientras el entorno baloncestístico digiere la gravedad de las acusaciones, el foco en España se ha puesto en un detalle que aviva la eterna polémica sobre la transparencia arbitral: el árbitro detenido portaba un llavero del FC Barcelona.

​Este suceso, en pleno auge del ‘Caso Negreira’ en el fútbol, proyecta una sombra más oscura sobre la credibilidad del arbitraje en las grandes competiciones europeas y la falta de «respeto» hacia el Real Madrid.

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Periodista deportivo y cursando por la Licencia UEFA PRO de Fútbol.

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