El Real Madrid de baloncesto sumó un triunfo trabajado y con mucho sufrimiento ante el Recoletas Salud San Pablo Burgos (90-80) en el Movistar Arena. Sin Walter Tavares ni Trey Lyles en la convocatoria por decisión de Sergio Scariolo, el equipo blanco tuvo que recurrir a la épica para doblegar a un San Pablo Burgos que jamás se rindió, llegando a dominar el marcador al descanso.
La victoria, no obstante, permite al conjunto blanco igualar el récord de 33 triunfos consecutivos en casa en la Liga Endesa, una marca que ostentaba el Barça desde 2010. El Real Madrid no pierde en su feudo desde marzo de 2024 y tendrá la oportunidad de batir el récord el próximo domingo ante el BAXI Manresa.
De las dudas de Belgrado a la remontada
El partido empezó con la expectativa de que el Madrid arrasaría tras la derrota europea en Belgrado. El inicio fue prometedor, con un 7-0 a favor impulsado por cinco puntos de Gabriele Procida. Sin embargo, fue un espejismo. El San Pablo Burgos demostró que no venía de paseo, empató a 31 y se fue al descanso por delante (41-46), dejando al Madrid con las peores sensaciones.
El tercer cuarto fue una «preciosa batalla». El Madrid logró equilibrar el marcador, apoyado en la energía y las canastas de Usman Garuba (incluyendo dos jugadas de 2+1), los primeros puntos de Deck y la eficacia de Mario Hezonja. Pese al esfuerzo, el choque llegó empatado al último acto (68-68).

Hezonja y Campazzo lideran la reacción
El susto se prolongó al inicio del último cuarto, con el San Pablo volviendo a tomar la delantera (68-70). Fue entonces cuando el Madrid apretó el acelerador con un decisivo parcial de 12-1, que puso el marcador en 80-71, su máxima ventaja hasta ese momento. La reacción estuvo liderada por un inmenso Campazzo y la aparición de Chuma Okeke, que sumó cuatro puntos casi consecutivos y se convirtió en el mejor baluarte defensivo junto a Garuba.
Aunque un triple de Jackson volvió a meter miedo (84-78 a 2:01), fue la canasta del mejor jugador del partido, Mario Hezonja (17 puntos), la que selló el triunfo y la imbatibilidad en casa. El croata, que firmó un 4/8 en triples, compensó el mal día de sus compañeros desde el arco, con Campazzo, Llull, Abalde y Okeke especialmente fallones.

