Su gol, el único ante la Juventus (1-0), no fue casualidad. Fue la consecuencia directa de un reposicionamiento táctico que lo ha devuelto a su hábitat natural, esa «zona caliente» donde su impacto es total.
Tras los contratiempos físicos (incluida la operación de hombro), el cuerpo técnico ha decidido que la brújula blanca debe apuntar de nuevo a la portería. Y el inglés ha respondido rompiendo una racha de 122 días sin anotar.

El gran acierto del cuerpo técnico fue devolver al británico a la posición de mediapunta agresivo que le convirtió en el pichichi del equipo en su primera campaña. Como se puede apreciar en el mapa de calor del partido, Jude tuvo una presencia constante y dominante en la mediapunta central y muy cerca del área rival, la misma zona que explotaba para llegar a la portería con una contundencia implacable en su primer año como merengue.
Reposicionamiento de la estrella
Bellingham ya no es un box-to-box puro; es el mediapunta-fantasma que flota entre la medular y la línea de ataque. Sus movimientos se concentraron precisamente en el carril central, justo a la altura de la media luna, una zona vital para desarticular defensas.

Sus números de pase reflejan una precisión de orfebre: Dos pases clave, indicativos de su visión para filtrar el último balón. 91% de pases completados (53/58). Y un sublime 88% de acierto en campo rival, demostrando que su influencia en la construcción de la jugada es tan crucial como en la finalización.
El Real Madrid respira tranquilo. La figura de Bellingham, recuperado y reposicionado en su hábitat natural cerca del gol, es la mejor noticia para afrontar el decisivo primer tramo de la temporada. Su regreso triunfal a la ‘Zona Jude’ asegura pegada, dominio en la medular y, lo más importante, victorias. Y lo hace a las puertas del Clásico demostrando que puede volver a ser el futbolista que era antes de la luxación y sus problemas físicos.

