La esperada extensión de contrato de Vinicius Júnior con el Real Madrid ha entrado en una fase de tensa negociación. Pese a la voluntad mutua de prolongar el vínculo que expira en 2027 (tras la renovación firmada en 2023), fuentes cercanas a la negociación, citadas por Sky Sport Alemania, señalan dos escollos fundamentales en la mesa de diálogo.
El extremo brasileño, una pieza angular del proyecto deportivo blanco, ha planteado dos exigencias claras para sellar su firma. En primer lugar, el jugador y su entorno demandan una sustancial prima de renovación, un pago único a modo de reconocimiento por su compromiso y evolución como referente mundial del equipo.

Pero el principal punto de fricción se encuentra en la composición de su nuevo salario. Vinicius aspira a convertir gran parte de sus actuales variables en emolumentos fijos. Esta petición busca una mayor estabilidad y un reconocimiento económico que refleje su estatus indiscutible en la élite del fútbol.
Actualmente, el brasileño tiene un salario que, según diversas fuentes, oscila en torno a los 10 millones de euros netos anuales, pudiendo ascender a más con el cumplimiento de objetivos. La intención del jugador parece ser asegurar una cifra base que lo sitúe entre los mejor pagados de la plantilla, independientemente de los bonus deportivos.

La directiva madridista, que siempre ha considerado a Vinicius como un activo estratégico, tiene ahora el reto de cuadrar las cuentas y satisfacer las aspiraciones económicas de su estrella sin dinamitar la escala salarial del vestuario, ya de por sí compleja con la llegada de otros grandes nombres. Las conversaciones continúan, buscando un punto de entendimiento que asegure la continuidad de la magia de «Vini» en el Santiago Bernabéu.