El arbitraje en denominada «Negreira League» ha despertado polémica al evidenciarse una marcada diferencia en el criterio arbitral según la camiseta que vistan los equipos. Para que a un rival del Real Madrid se le amoneste, se requieren 12,4 faltas, mientras que a los del Barcelona bastan 5,4 faltas.
Esta disparidad, abismal en comparación, ha llevado a cuestionar la imparcialidad de los árbitros en el fútbol español.
El llamado «doble rasero» se traduce en que los rivales del Real Madrid son conscientes de que pueden emplear una mayor dureza en el juego sin recibir sanción inmediata.

En ocasiones, el Madrid termina acumulando más tarjetas, a pesar de cometer menos faltas que sus contrincantes, lo que resulta sorprendente y genera debate. Esta situación se ve reflejada en la manera en que los árbitros moderan la intensidad en el campo: cuando se enfrentan a equipos como el Barcelona, la mínima infracción puede ser castigada con una amarilla, mientras que contra el Real Madrid se permite un juego más brusco.
Doble vara
Un caso ilustrativo se dio en el partido de la primera vuelta en Montjuïc entre el Barcelona y Valladolid, donde el colegiado advirtió al técnico pucelano que moderara la intensidad del juego, sugiriendo que se limitaran a faltas leves. Este episodio evidencia la doble vara de medir que se aplica en la liga española y pone en tela de juicio la equidad del arbitraje.

La situación actual no solo afecta la credibilidad del arbitraje, sino que también repercute en la competitividad de la liga. Si el arbitraje sigue favoreciendo de manera tan evidente a ciertos equipos, se pone en riesgo la integridad del fútbol español, que ya es blanco de críticas a nivel internacional.
4 Ligas y 6 en 10 años
El Real Madrid, que en los últimos 10 años ha ganado 6 Champions pero solo 4 ligas, se ve perjudicado por una situación que, para muchos, muy injusta. Estos datos sugieren que cada título del Madrid se convierte en un pequeño milagro, lo que invita a una reflexión profunda sobre la justicia en el deporte.
Por el bien del fútbol español, es imprescindible un cambio total en el estamento arbitral. La transparencia y la igualdad en el tratamiento de las faltas deben ser prioritarias para recuperar la credibilidad perdida y evitar que cada partido se convierta en un escándalo mediático.

