Relevo captó la imagen de los gritos racistas que desataron una pelea en pleno derbi madrileño.
El derbi de ayer en el Cívitas Metropolitano estuvo marcado por insultos racistas en la grada. Según el medio Relevo, algunos aficionados rojiblancos comenzaron a entonar el «uh, uh, uh, uh», imitando el sonido de un mono en referencia a un aficionado brasileño presente en la grada. Estos insultos racistas provocaron el rechazo de otros aficionados, lo cual derivó en un enfrentamiento que requirió la intervención de la seguridad del estadio. Finalmente, los responsables de los gritos fueron expulsados del recinto.
Sin embargo, este no fue el único incidente en las gradas. Tras el gol de Militao, un aficionado del Real Madrid celebró con entusiasmo, lo cual generó una reacción hostil por parte de algunos seguidores del Atlético que lo amenazaron, diciéndole que lo esperaban a la salida. Por suerte, parece que estos hechos no fueron a más.
El derbi de la vergüenza
Además de los altercados entre los propios aficionados, los peores incidentes ocurrieron después del gol de Militao, cuando los seguidores más radicales del Atlético de Madrid comenzaron a lanzar mecheros y botellas hacia Courtois. Ante esta situación, el colegiado Busquets Ferrer se vio obligado a suspender el partido durante 20 minutos para calmar los ánimos. Afortunadamente, el encuentro pudo reanudarse sin más problemas.
Ahora, el Atlético se enfrenta a una posible sanción ejemplar, que podría incluir un cierre parcial del estadio y una multa económica significativa. Lo sucedido ayer puso en evidencia la necesidad urgente de actuar para evitar que estos hechos vergonzosos se repitan. La imagen lamentable del derbi, que fue transmitida a medio mundo, ha generado titulares como «Vergüenza Mundial» en medios internacionales.
Estos incidentes deberían hacernos reflexionar. No podemos seguir permitiendo esta bochornosa imagen del fútbol español. Es hora de expulsar a los violentos de los estadios, como ya hicieron en su momento clubes como el Real Madrid y el FC Barcelona, prohibiendo la entrada a grupos radicales como los Ultra Sur y los Boixos Nois. El Atlético de Madrid debería tomar medidas similares.