Kylian Mbappé ha sido el gran protagonista de las últimas horas, tras ver al Real Madrid alzar la Decimoquinta, al anunciar su fichaje por el Real Madrid.

El de Bondy apareció en Clairefontaine, con una gran sonrisa en el rostro, y empezó a disparar sin piedad contra todos aquellos que le retuvieron a contravoluntad y que le amenazaron con romper la carrera.

Lo dijo de manera directa: el mensaje iba para Al-Khelaïfi y todo el séquito de Qatar. Mbappé, ni corto ni perezoso, denunció públicamente esa mala práctica. «Me dijo a la cara de forma violenta que no jugaría la temporada (por no renovar). Luis Enrique y Luis Campos me salvaron», aseguró Mbappé antes de dejar claro que «no le desearía a nadie» lo que tuvo que pasar.

A su vez, eso sí, deja claro que no era «infeliz» en París y que sería injusto manchar su trayectoria en Francia por ese hecho.

«Al final de temporada he jugado bastante menos. Todo el mundo sabe porque he jugado menos. Hay que adaptarse, para mí no va a ser una excusa para la competición. Me voy a preparar físicamente para ayudar a Francia a traer la Eurocopa a Francia», reiteró sobre su papel final en el PSG.

Mbappé, eso sí, dice estar realmente muy feliz de ser jugador del Real Madrid y lo cataloga como «el mejor club del mundo» y un «sueño hecho realidad» que ansiaba cumplir desde que era pequeño.