Jude Bellingham fue la gran estrella del Clásico de ayer en Montjuïc contra el Barcelona, que ganó el Real Madrid por 1-2.
Bellingham marcó los dos goles, el primero con un disparo desde fuera del área que entró por toda la escuadra y nada pudo hacer el portero azulgrana Ter Stegen. El segundo fue un gol de oportunista dentro del área, ya que el balón le cayó en el área pequeña tras un toque de Luka Modric, y el crack inglés definió con un toque entre las piernas del cancerbero azulgrana.
Bellingham lleva 13 goles en 13 partidos y está siendo el mejor jugador del mundo en este comienzo de temporada. Cuando finalizó el partido, los aficionados barcelonistas no digirieron muy bien la derrota y se dedicaron a proferir todo tipo de insultos sobre su figura.
El jugador de Birmingham reaccionó poniendo su mano derecha primero en la oreja y después la mano izquierda en un gesto como si les animara a gritar más, como si no lo estuviera escuchando. Pura ironía de Bellingham. Un astro dentro y fuera del campo.