«Para nosotros es gol, tiene un gran talento», comentaba Ancelotti sobre una de las grandes jugadas que dejó el 2-4 a Osasuna. Arda Güler se quedó muy cerca de anotar uno de los goles del año.
El joven jugador otomano es diferente, repleto de talento. Los pocos minutos que juega, los aprovecha a la perfección. Entró en el terreno de juego en el minuto 83, y le dio tiempo para mostrar su gran calidad.
Intentó una pared con Rodrygo que no salió porque el defensa de Osasuna tocó con la punta de la bota, de lo contrario, habría dejado solo a Rodrygo ante Herrera. Pero lo mejor lo dejó para el último minuto del partido: el turco recogió el balón en el centro del campo, levantó la cabeza, vio adelantado a Herrera, disparó y se estrelló en el travesaño.
Una auténtica pena, porque habría sido el gol del año, de esos goles que dan la vuelta al mundo. Eso solo se les ocurre a los grandes genios del fútbol, y Güler es uno de esos jugadores que, nada más verlos, sabes que tienen algo especial y son diferentes a los demás.
El Madrid tiene un auténtico diamante en Güler, solo hace falta pulirlo, porque cada vez que toca el balón, se ve que este chaval tiene potencial para ser un crack mundial.
Ya en la pasada jornada, en el Bernabéu, marcó su primer gol con la camiseta blanca ante el Celta, aprovechando un gran pase de Ceballos. Güler regateó al portero vigués y disparó con muy poco ángulo, clavándola por toda la escuadra. Un auténtico golazo.
La pena fue su lesión en pretemporada con su rotura de menisco en su rodilla derecha, donde estuvo de baja dos meses. Al recuperarse, tuvo dos roturas en el bíceps femoral, una en cada pierna, que lo mantuvieron otros dos meses de baja.
Debutó en diciembre en la Copa del Rey frente al Arandina, donde jugó 60 minutos y fue el mejor del equipo. Estuvo a punto de marcar un gol en un lanzamiento de falta que se estrelló en el larguero. Esperemos que de aquí a final de temporada Ancelotti le dé más protagonismo, porque Güler se lo merece...
