Pedri, al igual que hizo Gavi ante el Real Madrid en La Cartuja, mostró ese repertorio de «valors» de los azulgranas en el terreno de juego. El Barça acababa de remontar un 2-0 en el minuto 87 y ya se veía en la final de Múnich.

Lejos de celebrar en piña con sus compañeros y de centrarse en defender lo que quedaba de partido, que a la postre terminaría en desastre para sus intereses, se fue directo a buscar a varios defensas del Inter para provocarles en la cara tras ese 2-3 de Raphinha.

Lo que no hizo, defender el resultado, terminó pasándole factura de manera casi inmediata. En el maravilloso minuto 93 llegó el tanto del empate, obra de Acerbi, y eso les condenó a ir a la prórroga.

En el tiempo extra, pese a sentirse superiores al rival en todos los aspectos, terminaron yéndose calientes con el 4-3 definitivo de Frattesi que le daba la victoria a los de Inzaghi y les apeaba de la Champions League en semifinales.

La imagen de Pedri provocando a los defensas del Inter pasó a la imagen de Pedri, totalmente devastado y desolado sobre el terreno de juego del Giuseppe Meazza. Karma instantáneo.

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Aprendiz de periodismo deportivo. Mi padre me inculcó la cultura futbolística desde pequeña. Apasionada de la literatura.

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