OPINIÓN
France Football lo ha confirmado: el Real Madrid no asistirá a la gala del Balón de Oro que se celebrará el próximo 22 de septiembre. Una decisión que supone que, por segundo año consecutivo, el conjunto blanco no tendrá ningún tipo de celebración en la que hasta hace no mucho era uno de los mayores reconocimientos futbolísticos a nivel mundial.
A diferencia de lo que mucha gente piensa, fue el Real Madrid el que pidió a Vini el año pasado no acudir a la gala. El motivo tras esto poco o nada tiene que ver con una pataleta provocada por el hecho de que el brasileño no se alzase con el galardón, sino que fueron motivos políticos los que terminaron de dinamitar la relación entre France Football y el conjunto blanco.
El Real Madrid se planta contra la tiranía de la UEFA en el fútbol europeo
Un hecho que no significa, por supuesto, que no existan motivos deportivos tras esta decisión. En 2024, Vini fue de forma indiscutible el mejor jugador del mundo. Ganador de Liga y Champions, con actuaciones memorables en la máxima competición europea, y rematándolo con un gol en la final de Champions. El segundo en su carrera. Con solo 24 años.
Nadie o casi nadie pensaba que alguien tuviera la potestad para discutir el Balón de Oro al astro carioca. Sin embargo, en el conjunto blanco empezaron a ver cosas extrañas cuando, por primera vez en la historia, la UEFA pasó a ser parte de la organización del Balón de Oro. Un hecho que, ya de primeras, y teniendo en cuenta los antecedentes entre el conjunto blanco y Aleksander Čeferin, quien en repetidas ocasiones ha amenazado con expulsar de forma ilegítima al Real Madrid de la Champions, ya olía raro.
Las cosas comenzaron a tornarse más extrañas cuando el criterio de evaluación de Fair Play comenzó a tomar una importancia fundamental, teniendo en cuenta la visión global de las acciones de Vini sobre el verde. Un Fair Play que se incluyó en 2022 como criterio, y que, si bien tuvo un gran peso sobre la decisión con Vini, no lo tuvo con el Dibu Martínez, que tanto en 2022 como 2024 ganó el Guante de Oro, o mismamente con un Leo Messi que ganó otro Balón de Oro por su actuación en un Mundial en el que llegó a insultar en directo a varios futbolistas holandeses.
Ni siquiera teniendo en cuenta todos estos antecedentes, nadie en el Real Madrid podía creer que la UEFA fuese a boicotear el galardón de Vinícius. Más aún cuando no había ningún futbolista que fuera capaz de competir los logros del brasileño, ni a nivel individual ni a nivel colectivo. Pero entonces, apareció la figura de Rodri.

Un Rodri que había sido eliminado de la Champions League precisamente a manos de Vini, y que solo había ganado la Premier League, perdiendo también la final de la F.A. Cup a manos del Manchester United. Nadie pensaba que el centrocampista español fuera un contendiente real para el Balón de Oro. Ni siquiera el propio Rodri. Pero, entonces, los hilos de la UEFA comenzaron a moverse.
Y es que por mucho que contase Rodri en su discurso, en el que aseguraba no saber si ganaría el galardón, la realidad es mucho más firme que palabras vacías. Tal es así, que el centrocampista, inmerso en su proceso de recuperación, no tenía previsto acudir a la gala, pensando que no ganaría el premio. Una actitud que criticaron mucho por parte del Real Madrid y de Vini, que no viajaron al conocer el resultado, pero que el mismo Rodri planeaba realizar sin que hubiera una sola crítica al respecto. De ahí nace la primera gran mentira de las muchas que se dieron ese 28 de octubre de 2024.
Sin embargo, la reacción del Real Madrid no tenía que ver únicamente con el resultado en sí. En el club no solo sintieron que la UEFA quiso demostrar al Real Madrid quién manda con un golpe bajo en el Balón de Oro, que tuvo como víctima a un chaval de 24 años que simplemente es feliz jugando al fútbol. Más allá de eso, el conjunto blanco se sintió víctima de una encerrona en la que la UEFA pretendía humillar en directo al Real Madrid y, por ende, a Vinicius.
Fue entonces cuando el club decidió no prestarse a una pantomima en la que el único objetivo que hubo en todo momento era humillar al Madrid y sus representantes. Un movimiento perfectamente orquestado por la UEFA con el beneplácito de France Football al que el Real Madrid tenía claro que no se prestaría, ni ese año ni ninguno de los venideros.
Son muchos los que señalan con el dedo en tono despectivo al señorío del Madrid a modo de desprestigiar al club tras esta decisión. Pero que no se confundan. Señorío es ir a jugar a Lorca para recaudar fondos tras un terremoto, donar un millón de euros tras la DANA de Valencia, o comprar acciones del Oviedo para que el club no desaparezca, no ir a una encerrona en la que ser humillados públicamente. ¿Todo lo demás? Ya lo dijo un sabio: filosofía barata.

