Había muchos nombres propios en lo relativo al partidazo que enfrentaría a Real Madrid y Liverpool en Anfield. Sin embargo, de entre todos los protagonistas, Trent Alexander-Arnold fue uno de los nombres más sonados. Y no era casualidad, pues, hasta hace unos meses, era solo uno de esos one-man club.
Sin embargo, en busca de una nueva aventura, Trent cambió Liverpool por Madrid, con el consecuente enfado que se vivió en Anfield Road. Un enfado que estaba claro que haría acto de presencia en este partido, y así fue. De hecho, antes del encuentro, un fan vandalizó una pintada en su honor que llevaba años en la ciudad.
Una noticia que no fue del todo bien recibida por los vecinos, ya que algunos sí supieron agradecer el papel del inglés durante más de una década de red, hasta el punto de que uno de ellos arregló la pintada vandalizada, demostrando que aún existía cariño para el en Liverpool.
No así parecía en Anfield, donde lo recibieron con una sonora pitada en el anuncio de las alineaciones, a pesar de partir como suplente. La misma pitada que recibió cuando salió a calentar a la banda de Anfield, que en este momento se hizo incluso más pronunciada, en una banda de la que hasta hace no mucho fue ídolo.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Y es que cuando el Liverpool por fin consiguió derribar el muro de Courtois, Mac Allister protagonizó un gesto que atrajo todas las miradas. En la celebración de su tanto, el argentino hizo el gesto de la A con el que celebraba Trent sus goles como red. Un gesto que muchos comprendieron como una burla.
Como colofón a una noche negra para Trent, saltó al campo a diez minutos del final, y recibió la gran pitada de la noche, con una afición que le recordó en todo momento que es persona non grata desde que abandonó Anfield. Después de esto, con más motivos que nunca, queda claro que ahora su casa es otra.

