Vinícius Jr. fue, un día más, uno de los grandes protagonistas en el encuentro del Real Madrid en el Carlos Tartiere. Un protagonismo que se prolongó desde antes del pitido inicial, cuando la alineación de Xabi lo dejaba estrenando una nueva condición de suplente, hasta mucho después del pitido final, cuando muchos utilizaron lo acontecido en el césped para atacar un día más a Vini con su consabida verborrea.

Como suele ser habitual, los distintos medios de comunicación no abrieron hablando de que Vinícius resolvió el partido con un gran gol y una asistencia. Y eso en poco más de media hora sobre el verde. Algunos, como suele ser habitual, se centraron en la otra parte. Sin ir más lejos, El Chiringuito de Jugones arrancó con un titular cuanto menos llamativo: “Qué bueno es… pero qué pereza me da”.

El relato contra Vini vuelve a canonizarse en el Carlos Tartiere

Es un hecho que el relato contra Vini es algo que viene de muy lejos. Y quedó perfectamente reflejado en la noche de ayer cuando, nada más salir a calentar a la banda del Carlos Tartiere, estadio en el que jamás había jugado, se tuvo que enfrentar a todo tipo de insultos por parte de unos aficionados que, insisto, jamás le habían tenido de visita.

Todo ello se multiplicó por diez cuando el brasileño saltó al césped. Desde ese momento, fue recibido con silbidos, insultos, y cánticos acompañados por balones de playa. Un Vini que, sin saber muy bien por qué, saltaba al Carlos Tartiere convertido en el enemigo público número uno de gente a la que jamás había visto. Insólito cuanto menos pero, por desgracia, ya poco sorprendente cuando se trata de Vini.

El ‘7’, sin embargo, salió a lo suyo: saltó al campo en el minuto 66. En el minuto 86, protagonizó un robo en la presión y regaló el gol a Mbappé tras veinte minutos de insultos sin descanso. Y solo cinco minutos después, marcó un gol que celebró señalándose el escudo y tapándose los oídos ante las críticas de la grada.

Sin embargo, muy pocos medios de comunicación han abiertos las portadas hablando del partidazo que firmó el brasileño. Muchos menos aún hablaron sobre el acoso recibido desde el primer momento que puso un pie en la banda del Tartiere. No obstante, la gran mayoría de ellos han hecho un análisis exhaustivo sobre todos y cada uno de los gestos de Vini en la noche de ayer.

Criticaron su actitud en el banquillo. Criticaron la respuesta al acoso de una parte de la grada. Por criticar, criticaron incluso su celebración en el gol de Mbappé. Lo que muy pocos dicen de esa celebración en la que Kylian tuvo que tapar la boca al brasileño, es que en plena celebración, un aficionado le lanzó una botella, y la respuesta de Ricardo De Burgos, en lugar de recoger el lanzamiento en el acta, fue instar al brasileño a abandonar ese fondo.

Increíble, sí, pero cierto. Intentan agredir a Vini, y la respuesta del colegiado es señalarle a él por celebrar en ese lugar. Y no solo eso, sino que los medios de comunicación, en lugar de señalar el acto, ponen el grito en el cielo porque Vinícius protestase por la acción. Sin embargo, un día más, nada nuevo bajo el sol.

Es cierto que, en ocasiones, Vini se equivoca. Cuando tiene que centrarse en jugar, cae en las provocaciones de aficionados y rivales. Y ayer fue protagonista de un gesto en el que hacía referencia a un posible descenso del Oviedo a Segunda División. Un gesto reprobable, sí, que sin embargo viene precedido de media hora de insultos injustificados. Son cosas del fútbol hasta que responde Vini, entonces, es una enorme falta de respeto.

Y es cierto que Vini tendría que tratar de centrarse más en el fútbol. No para ganarse la aprobación de los que le odian, sino por volver a ser el mejor del mundo. Porque eso es algo que, a la larga, le perjudica única y exclusivamente a él. Ahora bien, es de justicia también poner en contexto la situación de acoso que recibe en todos los campos de España. Incluso en los que no ha pisado. Porque eso, efectivamente, es efecto del relato.

Un relato que han comprado todas las aficiones de España, creado por una prensa que tiene a Vini en el punto de mira, y que ha llevado a periodistas de gran calado nacional incluso a insultarle en directo, tal y como hizo Juanma Castaño tras la eliminatoria de Champions la pasada temporada frente al Atleti. Tal vez sea porque ha señalado el racismo intrínseco de un sector del país que estaba acostumbrado a campar a sus anchas.

O tal vez sea simplemente por haber tocado la gloria con el escudo del Madrid en el pecho. Sea como sea, todo aquello que debe corregir Vini, debe hacerlo pensando en su bien y en el del Real Madrid, porque quienes le odian seguirán haciéndolo independientemente de sus actos. Y eso, aunque ahora no pueda verlo, habla mucho mejor de él que de ellos.

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Periodista deportivo que cubre la actualidad del Real Madrid.

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