El Real Madrid de Sergio Scariolo venía de ganar (100-99) en su partido de Euroliga frente al Zalgiris y buscaba sumar un nuevo triunfo en el Palacio Municipal de Deportes de Granada frente al Covirán Granada. El conjunto blanco, con el triunfo (100-111), mantiene el pulso por el liderato con el Valencia Basket
El Real Madrid de baloncesto protagonizó un auténtico tiroteo en el Palacio de Deportes de Granada, llevándose la victoria en un partido que desafió cualquier lógica defensiva y que terminó con un marcador de época: 100-111.
Lo que el luminoso sugiere como un festival ofensivo fue, en realidad, una batalla de sangre y sudor donde los hombres de Sergio Scariolo tuvieron que exprimirse al máximo para tumbar a un Covirán Granada que nunca bajó los brazos y aceptó el reto de jugar a más de cien puntos.
El encuentro se convirtió desde el salto inicial en un intercambio de golpes constante, donde las defensas brillaron por su ausencia ante el acierto desmedido de ambos conjuntos.
El Real Madrid, obligado a responder a cada embestida local, encontró en su inagotable caudal ofensivo la única vía para sobrevivir. Lejos de ser un trámite, la visita a Granada exigió una concentración máxima en ataque, ya que cualquier error era castigado por un rival en estado de gracia que llevó a los blancos al límite de su resistencia física y mental.
Al final, la mayor calidad y profundidad de plantilla del Real Madrid terminaron decantando la balanza en los minutos decisivos de un choque frenético. Anotar 111 puntos a domicilio es una muestra del poderío de fuego de este equipo, pero encajar 100 también sirve como aviso de la exigencia que plantea la Liga Endesa. Fue una victoria trabajada desde la excelencia en el tiro, un triunfo de los que curten el carácter y suman mucho más que una simple estadística en la clasificación.

