El Real Madrid, tanto dentro como fuera del campo, es uno de esos clubes que acostumbra más a actuar que a hablar. Un hecho que ha sido la tónica a lo largo de todo el mandato de Florentino Pérez, siendo este el hecho que, precisamente, distancia al conjunto blanco de las palabras vacías de muchos otros clubes españoles.
Algo que no significa, ni mucho menos, que el conjunto blanco calle ante las injusticias. Y es que el Real Madrid habla siempre y cuando ha de hacerlo. En el recuerdo colectivo, aún resuenan las palabras de Florentino, asegurando que “tal vez hay que recordarle a la UEFA quien es el Real Madrid”, para posteriormente ganar dos Champions League en tres años en plena guerra civil con Ceferin.
Tampoco olvida nadie en Concha Espina las acusaciones de Joan Laporta de ser el equipo de régimen. Unas acusaciones que fueron respondidas a través de los canales oficiales del conjunto blanco con un vídeo de 4 minutos y 37 segundos que no solo enterraron las acusaciones del presidente del Barça, sino que hicieron al conjunto azulgrana correr un tupido velo y no volver a hablar sobre el tema tras tamaña humillación.
Dos simples ejemplos con los que queda más claro que un simple derechazo del Real Madrid puede hacer tambalearse a cualquier estamento, sea del tamaño que sea. Y es que el conjunto blanco acostumbra a sentar cátedra cada vez que tiene que salir a la palestra. Pero si hay un motivo por el que ni el club ni Florentino Pérez suelen sacar la derecha a pasear, es porque, además de la palabra, el tiempo también suele darles la razón.
Y este mismo fin de semana se ha vuelto a vivir un episodio de características similares, en esta ocasión, con el Santiago Bernabéu como protagonista. El feudo madridista ha tenido el honor de acoger por primera vez en la historia de España un partido de la NFL, ampliando las fronteras de la competición estadounidense y demostrando una vez más que el estadio blanco es el primero al que suelen dirigirse todas las miradas.
Un estadio que, cabe recordar, muchos tildan no solo de feo, sino de poco práctico, inútil y, a grandes rasgos, una estafa. El Real Madrid, como acostumbra, no pierde el tiempo en desacreditar las opiniones de gente cuyo conocimiento es limitado. Y es que en este caso, han sido los propios protagonistas estadounidenses quienes han desacreditado las opiniones de los detractores del Santiago Bernabéu.
Jugadores, prensa y espectadores han quedado rendidos ante el feudo blanco, reconociendo aspectos como el clima dentro del estadio, la practicidad del diseño o, sin ir más lejos, el ambiente generado por la disposición vertical de unas gradas que, tal y como muchos estadounidenses han reconocido, se asemeja a un coliseo romano. Un coliseo en el que, por cierto, muchos de los que critican al Bernabéu han tenido la desgracia de ver a su equipo hincar rodilla.
No pueden faltar, por supuesto, los actores que quieren ser el niño en el bautizo y el muerto en el entierro, siendo Javier Tebas la viva imagen de ello. El presidente de LaLiga no dudó en criticar que el feudo blanco acogiese un encuentro de una competición nacional mientras que el Real Madrid es de los pocos que se opone a llevar un partido a Miami.
Se le olvida al señor Tebas que, a diferencia del acuerdo firmado por todos los clubes de la NFL, él pretende llevar al extranjero un partido de una competición sin el beneplácito de todos los integrantes de la misma y, para más inri, siempre con un factor común: primero lo intentó con un Girona-Barça, luego con un Barça-Atleti, y realizó un tercer intento fallido con un Villarreal-Barça. Casualidad o no, siendo siempre el Barça el equipo que se llevaría parte del pastel.
Ni en ese momento ni ahora el conjunto blanco se vio en la necesidad de actuar, plenamente consciente de que, como viene siendo habitual en los últimos años, el tiempo le daría la razón. Y así ha sido. Casi un mes después de que se cancelase el partido de LaLiga en Estados Unidos, Tebas sigue llorando contra el Madrid cada vez que tiene ocasión… mientras que en Estados Unidos, un país repleto de estadios deslumbrantes, todos se han rendido al templo blanco este fin de semana. Una vez más, el Real Madrid gana, le pese a quien le pese.

