El Kairat Almaty, próximo rival del Real Madrid, es un club forjado en la Unión Soviética, endurecido por la crisis post-independencia y renacido gracias a la ambición de un país que decidió mirar a Europa. Su historia es la de una odisea que merece ser contada.
Fundado en 1954, en plena era soviética, el Kairat se ganó el apodo de «Narodnaya Komanda», El Equipo del Pueblo. Durante décadas, fue el estandarte futbolístico de toda Asia Central, el club que llevaba el orgullo de la vasta república kazaja a los estadios de Moscú, Kiev o Leningrado. Su mayor logro fue la Copa Federación de la URSS en 1988, una alegría efímera, pues ese mismo año descendió, un presagio de los turbulentos cambios que se avecinaban.
Con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS en 1991, Kazajistán se encontró, como su equipo, en una encrucijada. La nueva nación y su fútbol se integraron, por geografía, en la Confederación Asiática. Pero en 2002, en un movimiento audaz y visionario, la federación kazaja llamó a las puertas de la UEFA. El objetivo era claro: para crecer, había que competir contra los mejores y aprovechar los fondos europeos para modernizar infraestructuras y formar a las nuevas generaciones. Fue una declaración de intenciones que iba más allá del deporte.
Sin embargo, el camino no fue fácil para el Kairat. El nuevo poder económico y político del país se trasladó a la flamante capital, Astaná. Con él, nació el FC Astana, un club diseñado para ser el buque insignia de la nueva era, que rápidamente eclipsó al histórico equipo de Almaty. Mientras el Astana hacía historia al ser el primer club kazajo en la fase de grupos de la Champions en 2015, el Kairat sufría una dolorosa travesía por el desierto, acumulando cinco subcampeonatos consecutivos y una profunda crisis financiera.
Pero El Equipo del Pueblo nunca se rindió. Impulsado por nuevos inversores y una fe inquebrantable, el Kairat resurgió de sus cenizas. Conquistó la liga en 2020 y su gesta culminó esta temporada. Tras superar tres rondas previas, se enfrentaron al histórico Celtic de Glasgow. En una eliminatoria dramática, decidida en una agónica tanda de penaltis, el Kairat logró lo impensable: un billete para la élite del fútbol europeo.
Hoy, el Kairat Almaty representa el perfecto ejemplo de perseverancia. Es la historia de un club que ha sabido sobrevivir a la caída de un imperio, reinventarse y luchar contra todo pronóstico. Cuando el Real Madrid salte al césped del Estadio Central de Almaty, no se enfrentará solo a un equipo de fútbol, sino a décadas de historia, cultura y transformación social encapsuladas en un club que, finalmente, ha encontrado su lugar entre los grandes.
