Cada día que pasa, salen nuevas noticias sobre el caso Negreira, y cada noticia que emerge es más grave que la anterior. El Juzgado de Instrucción Número 1 de Barcelona ha decidido imputar también a Joan Laporta, el actual presidente del FC Barcelona, por cohecho. De esta forma, se suma a los implicados en el caso Negreira, que incluye a los ex presidentes azulgranas Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, así como a los ex directivos Óscar Grau y Albert Soler, y el segundo del Comité de Árbitros, Enríquez Negreira, junto a su hijo Javier.
Hace una semana, el juez Joaquín Aguirre desestimó una demanda del FC Barcelona para personarse como acusación. El juez Aguirre consideró que Joan Laporta no podía presentarse como acusación debido a que él formaba parte de los pagos a Negreira. En su primera etapa como presidente del club azulgrana, fue Laporta quien duplicó la cantidad que comenzó a pagar Joan Gaspart en 2001. Es importante recordar que el FC Barcelona efectuó pagos desde 2001 hasta 2018 por un total de 7,5 millones de euros al segundo del Comité Arbitral, bajo el pretexto de informes arbitrales. No obstante, esta explicación carece de sustento.
Inicialmente se argumentó que los delitos de la época de Joan Gaspart y Laporta ya habían prescrito debido a que habían pasado 15 años. Sin embargo, el juez Aguirre ha determinado que los hechos desde 2008 a 2018 no han prescrito, y es en ese período donde se efectuaron los mayores pagos a Negreira padre e hijo por sus servicios. Estos fueron los años en que se ha demostrado que el Barcelona recibió un trato favorable en las decisiones arbitrales, incluyendo una ausencia de penales en su contra y ninguna expulsión durante casi tres temporadas, lo cual levantó sospechas.
El juez cree que estos pagos continuados al segundo del Comité de Árbitros favorecieron al Barcelona de manera sistemática, lo cual socava la integridad de la competición y coloca a los demás equipos en una situación de desventaja. Esto es un asunto sumamente grave. Habrá que esperar a ver qué determinan los jueces, pero la situación pinta muy mal para el club catalán. Para el bien de todos, es necesario llevar este caso hasta el final para limpiar de una vez por todas el fútbol español, que ha visto seriamente dañada su imagen debido a este asunto.
