El próximo desplazamiento del Real Madrid a Vallecas no es un partido más. El feudo del Rayo Vallecano se ha convertido en una auténtica trampa para el equipo blanco en los últimos años, perdiendo la histórica superioridad que solía ejercer en este derbi menor de la capital.
Los últimos resultados en el Estadio de Vallecas confirman que el Rayo se ha erigido en una «gran piedra» en el camino madridista, mostrando una resistencia notable y haciendo honor a la frase de que en el fútbol, el escudo no juega.
El historial reciente es contundente: de las últimas cuatro visitas, el Real Madrid solo ha logrado una victoria (2022), sumando dos derrotas y un empate. El Rayo ha marcado en 4 de los últimos 5 duelos contra el Madrid en Vallecas, demostrando que tienen la fórmula para competir contra el líder.
El Rayo Vallecano, especialmente en la temporada 2022/2023 (derrota 3-2), demostró una capacidad sobresaliente para anular la salida de balón del Real Madrid. El campo de Vallecas, con dimensiones ligeramente más reducidas y una afición encima, intensifica esta presión. El Madrid no pudo construir desde atrás y se vio forzado a errores, como los que desencadenaron los goles del Rayo. La intensidad física del equipo local superó al talento individual madridista.
Los partidos donde el Madrid no logró la victoria se caracterizaron por una pobre generación ofensiva y falta de fluidez. En el empate 1-1 de 2024, tras el gol inicial de Joselu, el Rayo se parapetó con orden, y el Madrid fue incapaz de romper la muralla defensiva. Lo mismo ocurrió en 2019 (derrota 1-0); el equipo blanco no encontró espacios y dependió excesivamente de la inspiración individual, que no llegó. El Rayo es maestro en sacar al Madrid de su zona de confort y obligarle a un juego más directo e incómodo.
Dos de las derrotas se decidieron, al menos parcialmente, por la vía del penalti (Trejo en 2022 y Embarba en 2019). Esto subraya la alta fricción y el ambiente caliente que se vive en Vallecas, donde el Rayo provoca constantemente situaciones de contacto en el área. Para el Madrid, significa que el riesgo de cometer errores defensivos en la refriega aumenta considerablemente.

