La prensa internacional recoge la «vergüenza mundial por el caso Vinicius» y el racismo que destila un sector de la afición del Atlético de Madrid.
A medida que se acerca el derbi entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el Metropolitano, la polémica alrededor del tratamiento hacia Vinicius Jr. ha escalado hasta convertirse en noticia mundial. Los preparativos del encuentro se han visto ensombrecidos por las recomendaciones difundidas en redes sociales por algunos aficionados del Atlético, que han sugerido acudir al estadio con mascarillas para insultar al jugador brasileño sin ser identificados, y han instado a arrebatar y destruir los teléfonos móviles de quienes graben dichos actos.
Repercusión mundial
Este llamado ha resonado en la prensa internacional, causando una vergüenza mundial para el fútbol español. Medios de países como Inglaterra, Brasil, Estados Unidos, Italia y Francia han cubierto la noticia en sus portadas, denunciando la situación con titulares como «Vinicius, cible d’un projet raciste» (Vinicius, blanco de un ataque racista). Las repercusiones internacionales evidencian la magnitud del problema, y dejan claro que estos comportamientos racistas dañan no solo la imagen del fútbol español, sino también la reputación de España como país.
Historia de racismo en el Metropolitano
Este no es el primer caso de racismo hacia Vinicius en el Metropolitano. Durante derbis anteriores, Vinicius ha sido objeto de insultos racistas, siendo comparado con un chimpancé y gritado como «mono». Además, un grupo de seguidores llegó al extremo de colgar un muñeco de Vinicius de un puente, un acto deplorable que fue condenado en todo el mundo. Afortunadamente, los responsables fueron identificados y sancionados con multas severas y prohibición de entrada a recintos deportivos durante dos años.
El problema no se limita únicamente a Vinicius. Jugadores como Nico Williams también han sido víctimas de estos comportamientos en el Metropolitano, como cuando fue blanco de imitaciones de sonidos de primates mientras se disponía a lanzar un córner. Estos actos racistas se han repetido y el Atlético de Madrid no ha tomado medidas lo suficientemente efectivas para ponerles fin.
El Atlético de Madrid se enfrenta a una creciente presión para tomar medidas contundentes. Es fundamental que el club expulse a los aficionados radicales con antecedentes de racismo y promueva un entorno más seguro e inclusivo en el estadio. Esto no solo evitaría incidentes como el que se está denunciando ahora, sino que también enviaría un mensaje claro de que el club no tolera este tipo de comportamientos.
La primera responsabilidad recae en los clubes, que deben ser proactivos en la erradicación del racismo entre sus seguidores. Expulsar a los responsables y asegurar que no puedan volver a los estadios es una forma directa de empezar a acabar con el problema. Además, deben trabajar en campañas educativas que refuercen el respeto hacia los rivales.
Para evitar que el fútbol español siga siendo noticia por motivos de racismo, es necesario endurecer las sanciones contra estos actos. LaLiga ya ha comenzado a actuar, con ejemplos como la sanción al aficionado del Mallorca por insultos racistas a Vinicius y Samuel Chukwueze, que fue condenado a 12 meses de prisión, tres años de prohibición de acceso a recintos deportivos, y una multa económica. Este tipo de medidas deben ser la norma y no la excepción.
El racismo es una lacra que no debe tener cabida en el fútbol ni en la sociedad en general. En pleno siglo XXI, no es aceptable que sigamos viendo estos comportamientos y que se siga juzgando a las personas por el color de su piel o su orientación sexual. Los clubes, las autoridades deportivas y el Estado tienen la obligación de actuar de forma contundente para erradicar el racismo y asegurar que el fútbol sea un espacio de inclusión y respeto.

