Luis Enrique desactivó al Madrid desde la pizarra. Y dentro del apagón colectivo, Vinicius y Mbappé, los extremos del caos, terminaron absorbidos por el orden del PSG. Ni uno ni otro generaron peligro. Ni un solo disparo entre los tres palos. La semifinal del Mundial de Clubes dejó una imagen insólita: el dúo más temido de Europa, completamente apagado.
Cero filo, cero electricidad
Vinicius apenas jugó 65 minutos, y su hoja de ruta fue casi invisible: 21 toques en total, ningún tiro a puerta, solo un regate intentado. No generó ni una ocasión clara, no apareció en zona de peligro y su mapa de calor lo sitúa casi siempre en campo propio, bajando a recibir sin profundidad.
Mbappé, por su parte, estuvo los 90′ sobre el césped. Movido, sí, pero sin eco. Solo tocó 27 balones, completó 12 pases (80 % de acierto) y sus cuatro remates nunca inquietaron a Donnarumma: uno fuera, dos bloqueados y solo uno, débil, a portería. Ni una asistencia, ni una ocasión creada, ni un duelo ganado en área rival. El mapa de calor muestra que lo intentó todo… pero no logró nada.

La jaula de Luis Enrique
El PSG dibujó un plan quirúrgico para desmontar al Madrid de Xabi Alonso. Con João Neves como ancla móvil, Vitinha como interior de presión y Fabián como arquitecto a dos alturas, el conjunto francés pobló los pasillos interiores y no dejó que los extremos blancos recibieran con ventaja. Cuando Vinicius se giraba, ya tenía dos hombres encima. Cuando Kylian la tocaba, no tenía socios cerca.
Además, el mensaje constante desde el banquillo era claro: “¡Kylian, detrás del balón!”, repetía Xabi, pidiéndole compromiso en la presión en el Real Madrid-Dortmund. Mbappé ni obedeció ni cumplió. Mucho trabajo por hacer para el de Tolosa.
Sin desborde no hay miedo, y sin miedo no hay Madrid. El equipo blanco, tan dependiente de su amenaza exterior, se quedó sin plan cuando Vinicius y Mbappé desaparecieron del radar. Luis Enrique ganó la partida, con un repaso táctico que dejó en evidencia que, más allá de los nombres, el PSG fue equipo y el Madrid fue un intento de ello. Mucho por hacer…

