El Barça ganó el martes al Benfica con un arbitraje escandaloso; le señalaron un penalti a favor cuando el Barça iba perdiendo 4-2, por un leve toque en el hombro de Álvaro Carreras a Lamine Yamal, y esta pena máxima metió en el partido al club azulgrana.
Con el 4-4 en el marcador, ya parecía que todo iba a acabar en empate, pero en la última jugada del encuentro, Fermín hizo un clarísimo penalti al delantero del Benfica, agarrándole claramente dentro del área. El colegiado holandés no señaló nada, e incomprensiblemente tampoco fue avisado por la sala VAR. La jugada continuó y acabó en el gol de Raphinha que le dio la victoria al Barça por 4-5.
Ese episodio recordó a los arbitrajes de Ovrebo frente al Chelsea en uno de los arbitrajes más vergonzosos en la historia de la Champions, o el de Aytekin frente al PSG en el Camp Nou. Makkelie entra en la sala de los horrores de arbitrajes favorables al Barça.
Ayer se volvió a demostrar el doble rasero que hay entre los arbitrajes que sufre el Madrid en comparación con el Barça. Frente al Salzburgo en el Bernabéu, hubo una jugada muy parecida al penalti de Álvaro Carreras a Lamine Yamal, pero la decisión fue muy diferente: el defensor del Salzburgo tocó levemente a Vinícius dentro del área, el brasileño cayó al suelo, el colegiado no señaló nada y mostró cartulina amarilla al madridista, cuando ni siquiera el brasileño protestó la jugada, y por esta tarjeta no podrá jugar la próxima semana frente al Brest por acumulación de tarjetas.

Una vez más se ha demostrado el doble rasero que hay entre Madrid y Barça en situaciones similares; la jugada de Lamine tendría que haber terminado como la de Vini, con tarjeta amarilla para Lamine por simular un penalti. Una vez más, el Barça se ha visto beneficiado y el Madrid perjudicado, ya que pierde a un jugador por una amonestación injusta.
Foto: Getty

